CAPITULO 8

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Amanecer


Eilioth

Tengo el maldito cuello tenso, me duele la espalda y estos hijos de puta nos están empujando a una cueva con un olor sumamente desagradable. Nos desarmaron pero no son muy profesionales, no tomaron el cuenta que llevo un cuchillo de garra en mi bota, solo tengo que esperar el momento indicado para usarlo.

—Entren sucias perras– nos patean por la espalda y caemos de rodillas

—Bueno, tenemos aquí a dos oficiales de la colonia. Podremos cobrar bien por un rescate de ellos o los matamos– dice un desagradable hombre gordo y ceboso.

–Cierto Clark, pero mira a esa hermosura– se acerca un hombre sumamente delgado y de aspecto demacrado a Anais tomándole la cara –antes de entregarlos podríamos divertirnos con ella, solamente tiene que estar viva

-Quitate maldito animal asqueroso- quita la cara asqueada.

–Será divertido estamos solos hace tiempo– habla ese tal Clark

Nos agarran por el cuello a nosotros tres dejándola a ella en el piso.

–Llama al resto. Voy a irme adelantando– ordena el cerdo asqueroso de dos metros que tengo enfrente

–Hey tu cerdo maldito, atrévete a tocarla y tu asquerosa verguita terminara en tu boca antes de rajarte la garganta– le advierto.

–Y aparte de todo eres parlanchin maricon– me patea la cara el hombre delgado.

Se retira y quedamos los tres sujetos por dos hombres más mientras el gordo intenta tocar a Anais la cual lo golpea con patadas.

-Quédate quieta puta– le golpea la cara con una cachetada y siento como me arde la sangre en la cabeza –dejen a esos idiotas ahí y vengan ayudarme– nos golpean dejándonos de espaldas al piso.

Los tres hombres se abalanzan sobre ella y la toman por las extremidades, obviamente su fuerza es vencida por la de los tres.

Es el momento, fue antes de lo que esperaba por suerte, aprovecho para acercar mis pies y saco el cuchillo con que rápidamente corto la cinta que me amarra las manos. Se lo paso a Karolos que esta a mi lado, se libera y a Marko con el y les hago la seña que de encargue de los dos ayudantes, nos debe quedar poco tiempo antes que lleguen los demás. 

Le pego un solo puño en la nuca al cerdo asqueroso y pierde el conocimiento mientras los otros dos intentan soltarse del agarre y les rompen el cuello.

–Ven. Todo esta bien levántate– agarro de la mano a Anais mientras sigue aturdida por el forcejeo y ella recoge un arma de los cuerpos tirados en el suelo.

Jalamos los cuerpos a una zona oscura y pongo a Clark en una piedra. Se escuchan pasos de varias personas viniendo, me da asco ver personas así y saber de lo que son capaces.

-Atentos, apenas entren los neutralizamos– susurro tomando pocision.

Una vez entran todos semidesnudos nuestras armas se vacian y lo único que se escucha el sonido de los disparos y gritos de agonía.

–Por poco. Ufff la vi negra– dice Marko.

–Aún no terminamos. Salga quien quiera salir y déjenme solo con el.

Me planto de rodillas frente al desagradable animal y lo tomo por el cabello –Clark, Clark. Despierta hijo de puta– le doy una cachetada y le pido mi cuchillo a Karolos.

–¿Que pasa?– entre abre sus ojos con pesadez y confusión, mismos que se abren de par en par cuando ve todos los cuerpos tendidos en el suelo mientras le sostengo su cabeza del cabello.

-Te dije que haría cabron– lo desnudo y de un solo tajo arranco su miembro con el cuchillo mientras grita y lo callo empujándolo en su boca– esto será un mensaje claro para tu asqueroso grupo -su agonía pasa de su ingle al cuello cuando lo corto de lado a lado. Empieza a agonizar y sus ojos llenos de miedo sueltan unas ultimas lágrimas.

-Tomales una foto y manda un mensaje directo de "como tratamos a la basura como esta"- le digo a Karolos.

Me encaminó a revisar los alrededores y encontrar mi nave, mis armas y todo lo que pueda quedarme antes de quemar esto.

Ahí esta, la tienen en un claro al lado de la cueva por una salida alterna y cerca hay un pasaje para llegar al cuarto donde tienen las armas, drogas y dinero.

–Por fin te encontré querida– tomo mi beretta y detallo que este en perfecta condiciones.

-Llenemos toda la nave con esto y larguemonos que aún tienes el pedido pendiente– aparece Karolos a mi espalda y empezamos a empacar.

–Oigan deberían dejar eso ahí. Es evidencia– habla Anais que se ve más sobre si.

–Saben que todo lo que paso es ilegal, desde que nosotros tengamos armas hasta que ustedes hayan terminado aquí sin previo aviso a su central– le contesto– pero si tienen muchas ganas de hacer ese papeleo les dejo todo, no me sobra pero tampoco me falta llevarme estas cosas, ya tengo lo mío.

Más atrás esta Marko y se quedan viendo pensando en que hacer –esta bien, no reportaremos esto pero nadie puede saber de esto, podemos ganarnos una sanción o la cárcel por omision–

–Créeme que me interesa mantener mis asuntos privados y no soy bocon– le contesto a Marko.

Salimos de ahí y nos embarcamos Karolos y yo en nuestra nave por fin, ellos buscan la que alquile y salimos pronto de ese desagradable lugar maloliente.

–Regresemos por el centro y los acompañamos a entregar la nave de paso‐ me dice Orus.

–Buena idea, tengo hambre y sueño ya– le contesto al brazalete.

El destello del amanecer producto del sol saliente encandila mis ojos, pero despues de una larga noche me permito disfrutar del espectáculo color celeste que crea junto al cielo y destenso mi cuerpo por fin.

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