{Si Jung Hoseok no le hubiese pedido que faltara a clases y le ayudase a escoger un anillo de promesa, tal vez Heo JiWon no se hubiese sentido tan culpable por enamorarse del novio de su mejor amiga.
Ella solía pensar que todo era blanco o negro per...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desperté con el peor dolor de cabeza de todos los tiempos partiendo a través del centro de mi cráneo. Después de quejarme, apreté los ojos con fuerza y presioné mis sienes deseando que me sacaran de mi sufrimiento.
—Buenos días...—ronroneó una voz femenina en mi oído al mismo tiempo que una mano se deslizó por mi muslo. Eunbi se frotó contra mí, sus pechos desnudos aplastando mi bíceps—. He estado esperando que despiertes.
—¿Qué... qué hora es?
—Demasiado tarde para que hagas panqueques, pero está bien —Cinco ansiosos dedos se cerraron alrededor de mi erección mañanera—. Tengo apetito de algo más.
Mis ojos casi se cruzaron cuando el dolor en mi cabeza se mezcló con el placer que se extendió desde mi ingle.
—Estuviste increíble anoche. —murmuró en mi oído justo antes de mordisquear el lóbulo y comenzar a bombear un poco más rápido.
Juro que traté de hacer memoria sobre la noche anterior, pero nada vino a mi cabeza. ¿Por qué no podía recordar lo que había pasado?
Extendí la mano y la tomé de la cintura, descubriendo que se hallaba tan desnuda como yo. Creo que fue culpa lo que se apoderó de mí y me incitó a continuar; como que la punzada dentro de mí sentía que le debía algo a Eunbi. Así que la sujeté con fervor. Maulló cuando deslicé mi mano sobre su trasero, luego la animé a que se colocara encima de mí; al parecer, estaba más que dispuesta a montarme.
Veinte minutos más tarde, seguíamos jadeando; ella se encontraba tumbada sobre mi pecho, demasiado cansada para moverse, y yo todavía no podía recordar ni un solo detalle de la noche anterior.
—Lo siento, tengo que decirlo—admití finalmente—. No recuerdo nada de lo que pasó anoche.
Empecé a frotar su espalda esperando que no se molestara, curiosamente no fue así. En lugar de recriminarme, se rio y frotó su nariz contra mi garganta. —Mi chico travieso, tú sí que bebiste mucho.
Mis ojos se abrieron. —¿Bebí? —De la nada me golpeó una visión repentina de estar tragando un gran sorbo y luego riendo de algo que le dije a una chica...
...excepto que la chica con la que había estado riendo no era Eunbi. Al menos, no creo que lo haya sido. Juro que era Jiwon. Pero me había estado inclinando hacia ella hasta que casi nos tocábamos mientras coqueteaba, lo que no podía estar bien.
—¿Por qué estaba bebiendo?
—Jimin te convenció de que lo hicieras, o algo así. No lo sé.
—¿Jimin? —Oh. Claro. La cita doble.
Me estremecí. Esperaba que a Jiwon le hubiera ido bien con Jimin, desde que yo obviamente no había estado con la mentalidad adecuada para mantenerlo a raya.
—Tú y Jiwon se emborracharon.
Mis cejas se arrugaron. —¿Sí? —Ahora eso sí que sonó extraño.