XXXIII

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Apenas se cerraron las puertas del ascensor del edificio de Jiwon con nosotros cinco dentro, Namjoon me miró

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Apenas se cerraron las puertas del ascensor del edificio de Jiwon con nosotros cinco dentro, Namjoon me miró. —Así que..., ¿qué le vas a decir?

No quería dirigirle una sola palabra a Eunbi. Ni siquiera quería mirarla, pero sabía que no sería capaz de entrar a la habitación de Jiwon para conseguir sus cosas sin pasar más allá de ella.

—No sé —admití.

—Bueno, sé lo que yo quiero decirle —comenzó Jimin, pero levanté una mano en señal de advertencia y le lancé una mirada.

—Me encargaré de ella. Ninguno de ustedes dirá una maldita palabra.

Jimin abrió la boca para discutir, y lo habría hecho de no ser porque la campanita del ascensor sonó en cuanto se detuvo, dejándonos en el octavo piso. Lo ignoré y también a los otros tres mientras marchábamos al 8E. Luego tuve que hacer una pausa frente a la puerta de Eunbi, por lo que pasé las manos por mi cara para tranquilizarme antes de llamar. Este sería un gran momento de improvisación ya que no tenía ni idea de qué decir.

Lo único que sabía es que a pesar de todavía tener ese instinto asesino, lo mejor sería ser civilizado. Por lo menos, lo iba a intentar.

Eunbi abrió la puerta vestida con la camisa favorita de Jiwon para dormir, la que cae de un hombro y expone su piel cremosa y perfecta. Casi gruñí como un animal territorial. Lo civilizado escapó por la ventana. Verla usando la ropa de Jiwon me hizo perder los estribos de nuevo.

Cuando sacó su pecho tan pronto como me vio, mostrando que no llevaba sujetador, reí.

—Eres patética —no pude evitar decir.

Sonrió ladina al mismo tiempo que un sorprendido Park Jimin explotó de risa detrás de mí. —¿Qué carajo te pasó en la cara? Cuatro Ojos lo hizo, ¿cierto?

Eunbi lo miró por un breve segundo. —¡Cierra la boca, imbécil! —Entonces parpadeó hacia mí—. ¿Qué haces aquí?

¿Jiwon la había golpeado? ¿Por qué? Viendo la expresión iracunda de la chica no supe decir si le avergonzaba más el moretón o el hecho de que Jimin sabía quién fue la responsable. No importaba. Mi mirada helada hizo que Eunbi diera un paso atrás. Ni siquiera podía imaginar lo que le hizo a la dulce y pacífica Jiwon para que arremetiera así.

—Me llevaré sus cosas. Ahora.

Cuando di un paso decidido hacia adelante, ella salió de mi camino con un chillido. Un segundo después, los otros cuatro miembros de Bangtan aparecieron detrás de mí; Eunbi resopló como si estuviera poco impresionada, a pesar de que pude ver en sus ojos que se encontraba asustada. Eunbi no estaba segura de cuánta presión podría ejercer sobre mí esta noche. Es posible que su plan haya salido como pretendía, pero los cabos sueltos no debieron dejarla en mucho control. Supongo que Jiwon en verdad debió haberla sorprendido al enfrentársele; y no sabía si yo también lo haría.

✔ 𝓗𝓸𝓹𝓮𝓵𝓮𝓼𝓼 ||Libro 4 - JUNG HOSEOK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora