Fizz estaba totalmente listo para salir. No lo pensó demasiado... Salió de su habitación y comenzó a deslizarce de forma escurridiza por detrás de muebles y estatuas costosas para que ninguno de todos los empleados que recorrían las instalaciones pudieran captarlo.
Sonrió satisfecho y soberbio cuando llegó a la puerta de entrada y, exactamente en el momento que giró el picaporte, una voz lo interrumpió desde atrás.
—El señor Asmodeus dijo que le avise si usted sale de la mansión.
Fizzarolli se estampó contra la puerta con una expresión de pánico terrible. Se volteó hacia uno de los sucubos que eran parte de la servidumbre y esbozó una sonrisa terriblemente nerviosa.
—HAHAHA, si. Eh... Iré a comprar... Cigarrillos. Vuelvo pronto, en menos de cinco minutos. En serio, no me extrañen —eso fue un aviso claro bajo su percepción.
Huyó de ahí, no esperó respuesta. Abrió la puerta y salió a grandes pasos hasta atravesar el jardín delantero de la mansión de Ozzie. Corrió hacia las rejas principales mientras maldecía entre dientes. No volvería en cinco minutos, volvería como en cinco horas... ¿Qué tan revelador sería ese empleado en cuánto a su prolongada y sospechosa ausencia?
No tuvo tiempo de seguir divagando, ya que cuando saltó las rejas con sus extremidades extensibles y quedó de pleno en la calle, una camioneta exageradamente ruidosa estacionó a metros de su ubicación. Frenó de una forma frenética y violenta y, en realidad, si hubiera hecho un movimiento en falso, lo hubiera arrollado.
Fizz miró a su alrededor de forma paranoica, luego se acercó a la puerta del copiloto y no se sorprendió en lo absoluto cuando Blitz la abrió y lo jaló del brazo para que entrara rápidamente. Sabían que eso era una especie de operación secreta.
—Blitz, debemos apresurarnos antes de que alguien más nos vea. Vámonos YA —Fizzarrolli cerró la puerta y se hundió en el asiento lo más posible.
—Okey, okey, relájate —Blitz, en cambio, pisó el acelerador sin mucha preocupación y salió del recinto de Asmodeus en cuestión de segundos. Ambos se pusieron sobre la marcha, tenían que encontrar un buen sitio para estar solos y que nadie los joda—. Vamos a los suburbios. Creo que hay un lugar donde podemos practicar tiro al blanco. ¡Joder, será muy divertido!
El contrario lo miró de reojo con algo de desconfianza. Luego, observó los rincones de la camioneta y se encontró no solo con armas y balas arrojadas en la alfombra. Había restos de sangre seca, un desastre en general. Se atrevió a girar hacia atrás y agrandar los ojos al ver la artillería pesada. Rifles, escopetas, un lanzagranadas.
Fizzarolli no era fan de la violencia. Pero siempre vio que Blitz si lo era, tanto así que lo llevó a ese extremo y a concretar su más grande sueño: tener un trabajo que exprimiera sus habilidades y pasiones, cosa que el circo nunca pudo hacer.
—Si... Divertido, eh... —empezó a dudar un poco sobre su propia seguridad— ¿Existe alguna posibilidad de que me vuele la cabeza por ser muy imbécil en esto de pelear con armas o algo así?
—Nah. Descuida, solo sucedería si fueras un puto inútil —se rio Blitz como si fuera una broma muy graciosa, el contrario tragó en seco y se hundió aún más en su asiento con los nervios de punta—. Pero no te preocupes, yo no dejaré que nada te pase. El señor verga grande me mataría si volvieses con tan solo un rasguño.
Blitz solo estaba bromeando, pero Fizzarrolli lo miró de reojo y no pudo evitar pensar que él no era nada habilidoso con respecto a cosas que no tuvieran que ver con entretenimiento o promoción. La mayor parte del tiempo, Ozzie era el que lo defendía y se sintió apenado por vivir siempre (de alguna forma) refugiado detrás de su espalda.
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You are loving | Rebuild
Fanfiction¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...