7.🖤

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Alaia.




Con todo el desagrado del mundo voy al estacionamiento, son las tres y veinte llegué temprano para que no se fuera sin mí, trataré de no hacerle caso en todo el paseo porque o si no me voy a descontrolar y se que le entraré a golpes.

No me cambié, solo los tacones y en su lugar unas botas cómodas que combinan con mi atuendo.

No llevo el móvil, en una mano tengo un pedazo de pastel de fresa que conseguí que unos de los trabajadores me lo dieran está muy rico amo las fresas y más en pastel  con tres mordiscos me lo devoro y cierro los ojos de lo divino que está y gimo bajito.

-- delicioso.

-- se supone que una dama no debería estar masturbandose en un estacionamiento.

iMIERDA!

Abro los ojos y tengo en frente a Keler que me mira con una ceja alzada que viste ropa informal pero con la misma postura de siempre demostrado quien es.

Baja la mirada a la parte final de mi camisa.

-- creo que te pasaste con los dedos Alala tienes sangre en tu ropa, te recomiendo que si vas hacer estas cosas lo hagas en tu habitación y con cuidado con la edad que tienes.

Se está equivocando se que debo tener cara de asustada pero no es por lo que el dice.

-- No no nooo.. yo no -- me arden las mejillas de la vergüenza.

-- Tranquila eso no lo sabrán tus padres.

El cree que me estaba masturbando está loco.

-- iYO NO ESTABA HACIENDO ESO!.

-- y por qué gemias? -- ladea la cabeza.

-- pues yo .... yo -- me aclaro la garganta -- estaba comiendo.

-- comiendo que? -- da dos pasos hacia a mí y yo me quedo rígida.

-- Pastel de fresa.

Sigue avanzando hasta que alarga su mano y me toca la comisura de la boca con dos dedos y desliza un poco.

Sigo sus movimientos y veo lo que estaba quitando era un poco de la mermelada que traía el pastel, ve sus dedos y se los acerca a sus labios y con la punta de su lengua los lame mirándome a los ojos.

Ahogo un ruido en los más frofundo de mi garganta.

-- no es sangre -- dice -- pero te aconsejo que no Montes estas clases de espectáculos y menos delante de un principe.

-- pero yo...

-- cállate, vámonos de una vez.

Díos esto fue no sé ni se que decir no le contesto esa orden de callarme porque lo que  acaba de pasar es abrumador de alguna forma. veo el estacionamiento hay muchos autos y el que tengo al lado lo uso de espejo la ventanilla tengo las mejillas rojos y la boca un poco abierta y estoy agitada.

-- sube que no tengo todo el día -- es el que  tengo atrás y por lo que veo en donde me estaba viendo es su auto.

El se sienta en el piloto y yo en el copiloto, se coloca los lentes de sol y arranca dejo de mirarlo y miro el paisaje que vamos pasando. En la entrada nos dejan salir sin ningún inconveniente.

No sé cuánto tiempo pasa veo muchas cosas impresionaten como esos caballos blancos en la carretera de hace unos minutos y la ciudad tienen muchas construcciones antiguas que son parte de su patrimonio si hubiera traído el móvil grabaría muchos vídeos .

Soy famosa no princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora