Capítulo 5
Law miró su reloj, ya eran más de las cuatro. Había caminado un buen rato y sus pies empezaban a dolerle. Tomó asiento en un tronco derribado y extrajo de su maleta una botella de agua. Pese a que el Sol casi no pasaba entre los árboles, la humedad de aquel sitio y el calor del ambiente lo sofocaban. Además, no estaba seguro del todo, pero juraría que el mismo suelo despedía un calor incomparable.
De pronto sintió que el agua dentro de la botella comenzaba a vibrar. Se levantó de golpe al notar que no solo era la botella, sino la tierra en general. El movimiento se volvió tan violento que le costó bastante mantenerse en pie. —¿¡Qué pasa con este lugar!? —se quejó. A lo largo de del día había sentido varios temblores.
Avanzó unos cuantos pasos y su pie se hundió en un profundo hueco oculto entre el fango.
—¡Aggh, lo que me faltaba! —se quejó cuando, al sacarlo, se dio cuenta que había perdido su zapato.
Cerró los ojos y llenó sus pulmones en un intento de controlar su mal genio. Se acercó al hueco y justo cuando iba a meter el brazo una columna de vapor excesivamente caliente se alzó frente a él. Lo único que pudo hacer fue lanzarse hacia atrás y cubrirse el rostro.
El vapor se mantuvo unos segundos y después volvió a desaparecer. Law tardó unos instantes en recuperar su temple, se había llevado un buen susto. Revisó sus brazos, por suerte no había alcanzado a tocarlo.
—Un géiser —concluyó—. ¿Qué hace un maldito géiser aquí?
Tomó una rama y con ella logró recuperar su zapato. Siguió avanzando con cautela, descubriendo que a su alrededor el piso comenzaba a llenarse de pequeños charcos con agua caliente.
Dejó de caminar de repente y se pasó la mano por el cabello empapado de sudor. Soltó una risa nerviosa cuando su cerebro terminó de atar los cabos sueltos.
—¡Claro, ahora todo tiene sentido! —se dijo—. Los temblores, los incendios, las corrientes de aire, ¡los árboles quemados!... Debajo de este bosque hay una gran actividad magmática.
Cubrió su rostro, sintiéndose un completo idiota.
—Al parecer todo tiene una explicación lógica —exclamó. Por un momento había creído en todos los cuentos que se relataban en el pueblo, incluso estaba tan asustado que seguramente su propia cabeza comenzaba a jugarle bromas. El bosque no tenía nada de maligno, simplemente la naturaleza se había encaprichado con ese pedazo de tierra. Su orgullo como investigador se sintió herido.
—Y ese muchacho... —continuó con el hilo de sus conclusiones—. Tal vez solo es más sensible a los cambios que suceden bajo tierra y los aprovecha para hacer creer a la gente que puede manipular su entorno.
Al principio había creído que se trataba de un chiquillo ingenuo, pero ahora se daba cuenta que lo había subestimado. —Soy un idiota —se recriminó por todo el tiempo que había perdido preocupándose por él. Seguramente el joven había aprovechado otro más de esos fenómenos para escapar.
Aún quedaban muchos cabos sueltos, por ejemplo, no era capaz de explicar las marcas de hollín en el cuarto, pero tras su último descubrimiento estaba seguro de que se había tratado de un montaje, un excelente montaje.
Se sentó un momento para asimilar todo lo que venía pensando y se frotó las sienes. —¿Qué va a pensar el padre Dracule cuando le diga que cambié de opinión?
Miró su reloj nuevamente. Por la hora estaba seguro de que Zoro ya estaba en camino. Se estremeció de solo pensar en la burla que iba a hacerle cuando se enterara de que lo hizo viajar en vano.
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Un paso en la penumbra
Fiksi Penggemar[Law x Luffy] Law le hizo una seña al cantinero para que volviera a llenarle el vaso, se quitó el crucifijo de plata que colgaba de su cuello y lo miró un momento. Aquel objeto, que representaba la afamada orden de exorcistas a la que pertenecía, ya...