Capítulo final

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Cinco años después...

Acabar en el programa de protección había sido duro.

Aunque a veces los finales no sean como los imaginamos, no significa que no puedan ser felices.

Solo conseguí tres meses de normalidad después de la muerte de Jonathan, pero tras él, alguien más terminó ocupando su lugar.

Supongo que acabar con la mafia es completamente imposible; pero si te metes con ella nunca te dejaran libre después de todo.

Aunque cueste asimilar...no soy libre, y quizás nunca lo sería. Había tenido que cambiar de pais, dejar mi vida en la cuidad de Tailandia para mudarme a un pueblito de montaña en Taiwan. No me disgustaba del todo, yo amaba la naturaleza y tenía mi propio estudio de canto. Lo que no tome mu y bien, fue el hecho de verme obligado a alejarme de ciertas personas.

A Zee también le estaba costando, pero más por mi que por él. Si no fuera porque estamos juntos, no lo soportaría. Me dolía el  alma saber que nunca volvería a Tailandia ni a New York. Pero aún a mis amigos porque temía que eso pudiera ponerlos en peligro.

Mi hermano también había tenido que mudarse y dejar su vida anterior. Solo podía verlo una vez cada cinco meses con mucha precaución. Los Perpiriyawong teníamos una ficha, y eso era uno de mis grandes temores: despertar un día y que me dijeran que mi hermano ha muerto.

Mientras tanto intentaba buscar mi propia normalidad. Había abierto una escuela de canto y de baile en el pueblo en la que ya se habían apuntado más de treinta niños. Al mismo tiempo el lugar servía para que Zee diera clases de autodefensa los días contrarios a mi clase.

Recibir a alguien con la experiencia de Zee, le había sentado bien al pequeño pueblo. Y con tanto entrenamiento, se pueden imaginar como estaba...madre mía. Definitivamente yo era la envidia de muchos y muchas con ese hombre.

Adoraba la rutina que habíamos creado juntos. Ambos ya estábamos perfectamente acoplados con el humor del otro.

Lo amaba con locura, es todo lo que necesito para ser feliz.

Me pase el antebrazo por la frente y me peleé con el relleno que estaba intentando cocinar ahora mismo.

Hoy hace cinco años nos habíamos conocido y desde que nos vimos, para mi nos habíamos vuelto locos el uno por el otro. Aunque yo me puse un poco más loco al principio.

Entonces, como festejo se me ocurrió la brillante idea de hacerle de cenar. Casi nunca lo hacía, Zee era quien se encargaba de la cocina pero me apetecía hacer algo especial por él.

—¿Qué locura estás haciendo?—escuché su voz a mis espaldas.

Me giré para verlo, y al hacerlo resbalé con un poco de jugo de arándanos que había derramado en el suelo, afortunadamente alcancé a agarrarme de la encimera, además que Zee voló para sostenerme en dos segundos.

¡Te estoy haciendo la cena!

Zee maldijo entre dientes mientras me soltaba para dejar su maleta deportiva a un lado.

—¿Qué no ya habíamos hablado de esto?—dijo mirando el desastre a su alrededor—Habíamos acordado que yo cocinaria.

¡Era una sorpresa! ¿Cómo pretendes que te haga la cena si no dejas que cocine?

—Pues no me hagas la cena...mira este desastre, gatito travieso.

Todo estaba sucio; la encimera, la cocina, el suelo...

Sonreí al mismo tiempo que me encogía de hombros y lo tomaba de su camisa para jalarlo hacia mi.

Estaba hecho un desastre, eso era un hecho. Mi ropa estaba manchado de ingredientes al igual que mis manos y mi rostro, incluso mi cabello estaba fatal.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2023 ⏰

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