MI GUARDAESPALDAS //ZeeNuNew (Terminada)

Capítulo 49

Nadie volvió a abrir la boca después de eso. Talay y Joss terminaron por marcharse de la sala.

—¿Tienes idea de dónde te estás metiendo?—me pregunto Max sin mirarme.

Sabes perfectamente que si—dije seguro.

Me levanté para retirarme pero Max me tomó de la muñeca.

—Si te hubiera sacado de allí, todo abría quedado en nada.

Estoy seguro que mi madre murió a manos de esa gente, yo fui vendido por mi padre y en todo ese tiempo Jonathan me ha humillado y maltratado física y mentalmente.

Quiero ser yo quién lo maté.

—Deja que la ley se encargue, NuNew.

Si la maldita ley fuera justa, no habría pasado todo esto—me solté de su agarre y fui hacía la otra sala.

Abrí los ojos sobresaltado. No me extrañaba despertar así, llevaba un tiempo haciéndolo. Quería volver a dormir pero eso se vio interrumpido por un fuerte golpe de algo caer contra el suelo.

Me levante; descalzo y en pijama, abrí la puerta y salí de la habitación.

Cuando giré la esquina del pasillo me encontré con Joss inmovilizado por Zee furioso. La cara de su compañero tocaba la pared mientras él le retorcía el brazo contra su espalda.

—¿¡Quién mierda te has creído!?

—Se acabo, Zee—dijo Joss con dificultad—Háblalo con Holmes, él mismo te lo dirá.

Zee respiro aceleradamente al mismo tiempo que lo soltó y se echó para atrás.

Todo su autocontrol parecía haber desaparecido. Su furia daba miedo, sus ojos se fijaron en mi y algo pareció relajarse en su interior.

Talay apareció en la sala, al igual que yo, que pijama.

—¿¡Qué demonios está pasando aquí!?

—No acepta que ya no está al mando, eso es lo qué pasa—Zee lo miro con odio.

—Esté o no esté al mando, no vas a impedir que salga por esa puerta.

—¡Si te atrapan te van a matar!

Di un paso hacia adelante cuando escuche a Joss decir eso.

—No me atraparan—dijo dándonos la espalda y dirigiéndose a la salida.

—¿Quieres que la muerte de Saint sea en vano?

—¡No menciones su nombre!—dijo Zee, amenazante—Nadie podrá impedir que vaya a su funeral ¡nadie!

—Es una trampa, estás yendo a la boca del lobo...

No, no, no, Zee no podía morir.

Me adelante hasta donde él estaba.

No puedes ir, Zee.

—Tú quédate aquí, no me pasará nada, solo quiero despedirme de él.

Iba a girarse pero lo tome de su mano con fuerza. Sus ojos viajaron hasta nuestras manos unidas.

Por favor...—suplique—Por favor, no vayas...

—No quiero hacerte daño, gatito. Suéltame, voy a volver.

Lo hice. Lo solté dolido y di unos pasos hacia atrás.

—Nadie vuelva a creerse capaz de decirme lo que puedo o no hacer.

Y dicho eso salio dando un portazo.

Quise ir tras él pero Joss me lo impidió.

—Tú tampoco puedes salir, Chawarin. Déjalo, es un hombre muerto.