Capítulo 8 - ¿Mal día?

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El fuerte dolor de cabeza me despertó. Me acordaba de todo lo  que había hecho, y no me arrepiento, para nada. Bratt es un gran chico, y total no lo volveré a ver... 

El lado de mi cama en que el chico se encontraba, estaba vacío. Mi cuerpo está tapado por una sabana, y bueno, aún estoy desnuda.

Me levanté y me dirigí directamente a la ducha, necesitaba un baño, urgente.

(...)

Luego de vestirme al estilo vagabunda, abrí las persianas de la ventana, y pude ver el hermoso paisaje del mar, y el coche de bacalao se encontraba bajo el porche, no le quedaba tan mal el rayón, le daba un estilo "Azul Wilson". Sonreí maliciosamente, la verdad es que tampoco me arrepentía de eso. Los rayos del sol penetraban iluminando las paredes color durazno de mi amplio cuarto. Hubiera seguido mirando el paisaje, pero el sonido de mi teléfono me llamo la atención.

*Llamada telefónica*

Yo: ¿Qué quieres Ry?

Ry primo: ¿Bratt te violó?

Yo:  En realidad... se podría decir que no.

Ry primo: Genial, cumplí mi objetivo.

Yo: ¿Emborrachado ibas a poder hacer algo?

Ry primo: No... Per-

Yo: Habla ya, ¿Qué quieres?

Ry primo: ¿Puedes suplantarme hoy en el acuario?

Yo: ¡Hoy es mi día libre!

Ry primo: Todos los días son libres para ti.

Yo: Touché.

Ry primo: ¿Entonces...?

Yo: Bien, como algo y voy.

Ry primo: Gracias Blue, por eso eres mi prima favorita.

Yo: ¿Otra cosa más? ¿En serio?

Ry primo: ¿Podrías prestarme tu Jeep?

Yo: ¡Ni loca!

Ry primo: por favor...

Yo: ¿Qué harás? ¿Tienes una cit... ¡Tienes una cita! ¿Quién es la desafortunada?

Ry primo: ¿Te importa?

Yo: ¿Quieres el Jeep o no?

Ry primo:  Agh. Te odio. Es Angie.

Yo: ¡Owww! ¡Par de tórtolos!

Ry primo: Bien. Lo pasaré a buscar por el acuario. Adiós.

Yo: Besossss

*Fin de la llamada telefónica*

Me encantaba esa pareja. Mi primo y Angie. ¿Rangie? Hasta sus nombres juntos quedan genial.

Abrí la puerta de mi habitación y comencé a bajar las escaleras, luego me dirigí hasta la cocina, de la cuál tome una manzana.

- Hola- saludé a bacalao.

Nada.

- Blue esta aquí- dije obviamente.

Más silencio.

- ¡No puedes ignorarme!- le grité mientras le tiré la manzana por la cabeza.

- ¡Estas loca!- se quejó.

- Tú eres el que me ignoraba- continué, cruzandome de brazos.

- Cuando te dije que no te acostaras con ese idiota, tú me ignoraste- me reprochó.

Hasta el atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora