Capítulo 18 - Parador

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- ¿Por qué tanto odio hacia Jake?- me preguntó mi primo.

- No es odio... es... no lo sé. Es Jake, no puedo odiarlo pero mucho menos...- no sabía como terminar esta frase.

- ¿Amarlo?- me preguntó.

- ¡¿Qué?! ¡No! ¡Jamás!- grité.

- ¿Por qué? No parece mal muchacho- continuó.

- No quiero hablar sobre esto- le respondí. - ¿Vas a llevarme a la fiesta o no?- le pregunté. - Mis amigas no me responden y mi jeep sigue en el taller- le comenté.

- Esta bien- me respondió. - Ve yendo al auto- dijo cuando me lanzó las llaves y yo las tomé con la mano antes de que cayeran al piso.

Trataría de evitar decirle el lugar donde se realizaba la fiesta, ya que no se llevaba muy bien con los dueños, y yo tampoco.

Pero bueno, las fiestas que mi ex hace son de las mejores, eso es indiscutible.

La noche estaba linda, super. Nada raro por estos lugares. Me apoye sobre el auto de mi primo esperando que venga.

- ¿Se te paso el mal humor BluBlu?- me preguntó bacalao.

- Hasta que te vi- le sonreí.

- Yo también te quiero- me respondió.

- ¿Vienes?- le preguntó Ry a Jake.

- ¿A dónde?- le preguntó.

- ¿A dónde Blue?- continuó mi primo hacia mí.

- A una fiesta- le sonreí.

- ¿A la del parador? Sí, genial- metió la para Jake.

- ¿A la del parador?- preguntó sorprendido mi primo.

- ¿No te lo dije?- continué.

- ¡Claro que no iras allí!- me gritó. - ¡Tú sabes lo que casi te hacen en una de sus fiestas!- continuó.

- Fue hace 4 años- intenté justificar.

- No iras- me respondió, tomando las llaves que se encontraban en mi mano. - Esa es mi última palabra- me dijo antes de darse la vuelta e irse.

- ¿Qué sucedió?- me preguntó Jake.

- Intentaron robarme el celular- mentí.

- ¿Sólo eso?- continuó.

- Sí- le respondí. - ¿Tú puedes llevarme?- le pregunté.

- No, si tu primo no quiere por algo será- me respondió y se dirigió a su auto.

- ¡Jake!- me quejé.

De su parte sólo obtuve un guiño de ojos.

- ¿Has visto mi campera?- me preguntó.

- En el escritorio- le respondí.

Luego de no verlo en la zona, me di cuenta que era el momento justo para meterme en su auto, mejor dicho, dentro de su baúl. Este estaba oscuro, pero dentro de todo es bastante cómodo. Después de un leve estornudo provocado por el polvo, escuché como una de las puertas de abrían y unos segundos después como el motor se ponía en marcha.

(...)

- Sácame tus pies de mi cabeza- le dije a Sonny.

- Shh, estoy cómoda- me respondió.

- Pero yo no- le continué.

- Mal día- siguió.

- ¿Mal día?- le sonreí. - Mal día, mal año, mala vida.- le respondí.

Hasta el atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora