✨️Ohm✨️Siento a veces, que soy la raiz de todos los problemas en nuestro matrimonio.
Aroon llegó muy pronto, y tengo mucho que hacer en la empresa.
Quizás, Nanon y yo nunca hemos tenido una buena convivencia por eso.
Es que estoy ocupado siempre.
Las cosas entre nosotros se dieron rápido, y aunque yo me enamoré de él desde que lo vi por primera vez, el embarazo influyó en la decisión de casarnos.
Su mamá fue clara conmigo cuando se enteró, me exigió que fuera responsable, y no me costó hacerlo, porque Nanon es un sueño.
Claro que no iba a negarme a formar una familia con un Omega así.
Suspiro apagando la licuadora, porque escucho a mi hijo.
Voy rápido a las escaleras y las subo, para llegar a su habitación.
—Tienes un buen oído —le digo levantándolo de la cuna— buenos días, cachorrito.
Lo muevo por el pasillo, con mi esperanza puesta en que no haya despertado a Nanon.
Es que se pone de malhumor si despierta temprano.
—Sin llorar, papi tiene que descansar —le digo entrando en la cocina, otra vez.
Uso la otra mano para buscar la leche.
Es un bebé tranquilo, nunca nos da problemas, pero detesta los ruidos fuertes.
Antes los bebés solo me parecían bebés, pero el mío me parece bellísimo desde que lo vi en una ecografía.
Nanon dice que era una mancha, pero no es cierto, incluso se parecía a él, yo me daba cuenta.
Coloco el tetero a un lado, porque se prende la pantalla de mi celular.
Es Force, puedo leerlo.
"Tienes junta en dos horas,
no lo olvides. :)"Suspiro, respondiéndole.
¿Hay forma de cancelar?
Veo las tostadas salir, y tengo un mensaje nuevo.
"La pérdida de ayer va a
desestabilizarnos, no
seas irresponsable, Ohm."Sí, tiene razón.
Últimamente nada está saliéndome bien y debe ser desgastante para Nanon tener que lidiar con mis problemas laborales.
—¿Qué haces? —me pregunta desde la puerta.
Sí, despertó.
—Buenos días —digo colocando la leche en la mesa— lo lamento, lo desperté yo.
—¿Y todo esto?
—Llegaré a la oficina un poco tarde, pero ya te hice el desayuno, mira, es tu favorito.
—Limpia todo esto antes de irte, no soy tu criado —responde cruzando los brazos y yo bajo la mirada.
Tiene razón, soy muy desordenado cuando intento preparar algo.
—Lo haré, amor, lo siento.
—No me sorprenden los fracasos de la empresa, mírate, estás acá perdiendo el tiempo.
—Non —digo, porque se va.
—¿Qué?
—Tienes razón, voy a trabajar en la organización de mi tiempo.
—¿Y quieres que te aplauda?