nueve

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Los vellos de Victoria se ponen de punta al escucharlo hablar tan seguro, se permitió cerrar los ojos mientras olía su perfume y sentía como una de las manos de JungKook le apretaban el culo con fuerza, afirmándole sus palabras anteriormente dichas. Suelta un pequeño jadeo cuando él la presionó contra su cuerpo, pegándose desde el pecho hasta sus muslos, y sintiendo como la erección de Jeon tocaba su estómago. Abrió la boca apenas, y se alejó para verle el rostro, que no tenía un solo rastro de burla o que estaba diciendo todo eso solo para molestarla, en su lugar, tenía el ceño fruncido por celos y excitación, su boca rosada y levemente abierta, mientras la miraba expectante, queriendo una respuesta, anhelando que le diga que era solo de él, pero en su lugar recibió un corto suspiro sorprendido.

⎯ Te quiero toda para mí.

Las mejillas de ella se ponen rojas y desvía la mirada, no quería desilusionarlo, porque en realidad se estaba desilusionando más a ella misma que otra cosa, pero todo esto era un trato, uno que tarde o temprano acabaría, y cada quien seguiría por su lado. Conocía a los tipos como JungKook, quería mandar sobre otros pero que nadie lo mande a él, decirle a decenas de mujeres que eran solo suyas pero él era de todas las mujeres, alguien que no buscaba ataduras pero no soportaba ver a una de sus conquistas en brazos de otro hombre, y Victoria no quería eso, si ella era de él entonces él debía ser de ella, sin tratos ni terceras personas en el medio. Apretó sus bíceps entre los dedos, sintiendo lo musculoso que era aún con prendas de ropa encima, y le encantaba saber que esos brazos estaban alrededor de ella, con una mano masajeándole el trasero sin detenerse un solo segundo.

⎯ R-recuerda porque estamos aquí, recuerda nuestro trato.⎯ respondió a sus palabras, aún si se moría de ganas de decirle que era solo suya, que en sus imaginaciones él predominaba más que TaeHyung, no podía mostrarse débil, como una tonta enamorada, porque sabía que JungKook no la aceptaría. Quizá, en el peor de los casos, se burle de ella, el ambiente se ponga incómodo, y cuando termine de arruinar a Kim iba a dejarla ir con algo tan hiriente como un "¿pensaste que tus sentimientos eran correspondidos? por favor, eres tan poca cosa para mí". Y Victoria estaba tan, pero tan, alejada de la realidad. JungKook nunca reaccionaría así, menos ante ella, que poco a poco se iba convirtiendo en su debilidad.⎯ Solo somos dos personas intercambiando favores. Tú me has ayudado a salvar mi casa y yo tu negocio.

⎯ Lo sé.⎯ bufó con el ceño fruncido, y muy en el fondo, sintiéndose orgulloso de que ella no cayó ante las primeras palabras de él, aún si habían sido verdad.⎯ Por eso precisamente tengo que hacer esto, lo que vine a hacer, y es enseñarte otra lección de lujuria.

No la deja responder cuando su boca encierra la de ella, mordiendo su labio inferior para que le permita acceso a su lengua, el cual Victoria le da sin pensar. Nota como el cuerpo de JungKook se sentía más caliente, y la mano de él no dejaba de apretarle el culo, hasta que segundos después parecía que no podía quedarse quieto en un solo lugar y comenzó a subir y bajar las manos por todo el cuerpo de ella; espalda, piernas, trasero, pechos, abdomen, hasta la tomó por la nuca para acercar más sus rostros, sentía que cualquier centímetro que pudiera separarlos estaba prohibido en ese momento. Las uñas de Victoria se clavan en la ancha espalda de JungKook, aún si tenía la camisa puesta él sintió eso y soltó un gemido, no sabía si clasificarlo como masoquismo pero adoraba que sus amantes le rasguñen la espalda por el placer que sentían. Victoria termina pegada a la pared detrás suyo, y cuando quiso morder su labio inferior, Jeon le ganó, pero no contó con que se separaría de su boca.

La respiración de ambos estaba agitada, y ella solo podía pensar en por qué se había separado de sus labios cuando la situación cada vez se ponía mejor. El dedo índice de JungKook le acarició el labio inferior, rojizo y apenas hinchado por el fogoso beso, Victoria cerró los ojos por el tacto, y eso hizo que él se lama los labios, con demasiado deseo por ella, pero sabía que estaban juntos por un trato, aunque en ese momento les interesaba una mierda a los dos. Habló sin dejar de ver su labio inferior, como su índice con uña corta jugaba con el belfo, y ella abría apenas sus grandes ojos, cegada de la lujuria.

Lecciones de lujuria| jjk+kth. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora