veinte

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JungKook estaba a nada de largarse a llorar en el sofá, el club para él no significaba solo un ingreso enorme de dinero, también era su vida, había dejado mucho sacrificio ahí para levantarlo desde cero, hasta el nombre tenía un significado precioso, pensó todo con lujo de detalles, y TaeHyung nada más porque tenía dinero, era allegado a políticos, y una cara bonita se creía que tenía el derecho de derrumbarle el lugar. Jeon también pensaba en las personas que se quedarían sin trabajo, porque no era conveniente poner en sus currículum que trabajaron en Afrodita cuando lo estaban llenando de mierda, todo porque TaeHyung le tenía un odio enorme, o vaya a saber porqué, hasta el mismo JungKook se preguntaba por qué carajos quería cerrarle el club, él no lo hizo teniendo todos los motivos para hacerlo, y Kim sí estaba dispuesto a cerrar la fuente de trabajo de su "rival", el lugar que creó con tanto esmero. Tal vez lo que más le enojaba a JungKook era que TaeHyung sabía lo que se sentía armar un club desde abajo, lo mucho que costaba, años y años de preparación, y aún así él quería cerrar Afrodita, cuando JungKook jamás le cerraría Gltiz a pesar del rencor que guardaba por todos estos años.

⎯ Escucha, tú no cerrarás el Afrodita, ¿Entiendes?⎯ habla fuerte y claro la rubia, sosteniendo las mejillas de él para que puedan verse. JungKook tenía los ojos brillosos a causa de las lágrimas, y Victoria quería abrazarlo, cuidarlo como si fuera un niño, aunque estaba demasiado lejos de serlo.⎯ No es tarde para nada, lo convenceré para que detenga sus planes.

⎯ Tienes razón, todavía tenemos otra oportunidad.⎯ asiente dejando la botella sobre la pequeña mesa, al lado de la vacía. Se levanta del sofá y pasa los pulgares por debajo de sus pestañas, borrando el pequeño rastro de lágrimas que querían escaparse. Da unos pasos tambaleando, hasta que llegó a Victoria y la abraza con fuerza, escondiendo el rostro en el cuello de ella. La rubia, sorprendida, corresponde, acariciando sutilmente su espalda.⎯ Gracias rubia. Gracias por ser mi juguetito más leal.

Antes de que Victoria pueda decir algo por el apodo tan horrible que le había puesto, JungKook junta sus labios con los de ella. El beso era muy distinto a los anteriores, no era demandante, no pretendía ir a la habitación y encerrarse a tener sexo, al contrario, era mucho más suave, le acariciaba la cintura con dulzura, y a pesar de que podía sentir el gusto del Vodka en sus labios, era el beso más dulce y tierno que le había dado. En algún momento el beso comenzó a ser torpe, y fue ahí cuando JungKook se separó, volviendo el rostro a donde estaba antes, sintiéndose muy avergonzado por mostrarse de esa manera y no de la forma intimidante que siempre lo hacía. Estaba muy borracho en serio, tanto que temía que su lengua se suelte y empiece a confesar cosas de las que todavía no se sentía realmente listo para decirlas en voz alta.

⎯ Yo...tengo que hablar contigo, linda.⎯ menciona, y ella acaricia su cabello con una sonrisa al escuchar ese apodo mucho más lindo que el anterior. Detestaba saber que JungKook comenzaba a tener control sobre ella, la hacía olvidarse de que la había llamado "juguetito" solo porque ahora la llamó de una forma más linda.⎯ Hay algo que deberías saber.

⎯ ¿Y qué es?⎯ pregunta suavemente, casi que lo podía hacer dormirse ahí parado por la tranquilidad con la que hablaba. Victoria era un santuario de paz, era como llegar a casa luego de un día exhausto, y JungKook comenzaba a tener miedo de pensar en ella de esa forma. Rápidamente sale de su escondite para verla a los ojos, arrastrando las palabras. La rubia aprovecha eso para alejarse un poco y verlo en su totalidad, realmente ver a Jeon JungKook borracho era todo un espectáculo.

⎯ No, primero hagamos el amor, luego hablamos.

Victoria sabía que estaba mal aprovecharse de un borracho, no le gustaría que JungKook (o cualquier persona en sí) hiciera lo mismo con ella, así que de entrada sabe que no harán nada, pero quería seguirle el juego para saber hasta dónde podía llegar JungKook. Escuchar esas palabras, ese "hagamos el amor", le habían derretido el corazón, y moría por escucharlas en serio, con un Jeon consciente de lo que decía, porque aunque no quería tirarse abajo, no pensaba que era real eso de "los borrachos siempre dicen la verdad", los borrachos son borrachos, no más que eso, tiene alcohol en las venas y los hacen decir cualquier cosa, porque sino, usando ese mismo dicho, la enorme cantidad de infidelidades que ocurrieron y se justifican con que habían tomado eran reales, porque un borracho hace y dice la verdad, lo que desea pero estando sobrio no se anima a hacer. Así que Victoria sabía que esas palabras las iba a guardar en su cabeza, pero debería entender que nunca lo escucharía decirlas en serio, o por lo menos no hacía ella.

Lecciones de lujuria| jjk+kth. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora