dieciséis

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A pesar de lo placentero que podía ser follar con ella estando a sus espaldas, la ayuda a subir sobre la mesa, abriéndole las piernas para poder meterse entre ambas, a la par que se quitaba la camisa para dejarla sobre una mesa cualquiera del lugar. Victoria muerde su labio inferior levantando la falda, mostrando la lencería en color morado que llevaba, a pesar de no combinar una mierda con el rojo de su falda, quería complacerlo utilizando algo de lo que parecía ser su color favorito. La rubia nota unos cuantos tatuajes que tenía TaeHyung en el cuerpo, una mariposa entre medio de sus costillas, una serpiente rodeando su antebrazo, el año de nacimiento de alguna persona sobre el bíceps y por último una frase en francés que no entendía lo que decía, pero era fino y delicado el tatuaje, muy contrario a los otros que eran mucho más grandes y llamativos.

Tenía un gusto en particular por los hombres tatuados, no demasiado, en lugares muy visibles como el cuello o rostro no le terminaban de agradar, pero entendía que era cuerpo ajeno y ella no podía opinar. TaeHyung de por sí ya era un hombre jodidamente caliente, esa palabra podía describirlo a la perfección, y ahora que notó lo tatuajes que tenía, además de descubrir hace unas horas el piercing sobre su lengua al verlo abrir la boca lo suficiente para percatarse del mismo, eso lo hacía todavía mejor, más atractivo, y por eso le sorprendía que siga soltero. Quizá no conseguía pareja por sus peculiares gustos a la hora de tener sexo, que no sabía si eran del todo arriesgados, es decir, actuar de profesor y alumna no terminaba de ser lo suficientemente normal para Victoria que estaba acostumbrada a cosas mucho más comunes, pero tampoco era tan malo, o sea, hay cosas peores, ¿Verdad?

⎯ Eres una chica de lo más traviesa, y una alumna muy dejada, ¿Sabía eso, señorita Victoria?⎯ pregunta con un leve tono de diversión al pillarla mirarlo de esa forma tan lujuriosa, por la mente de la rubia pasaban muchos escenarios de ellos teniendo sexo, pero por algún motivo...alguien más terminaba apareciendo entre sus pensamientos, cosa que comenzaba a frustrarla.

¿Justo ahora vienes a molestar, Jeon?⎯ se preguntó a ella misma dentro de su cabeza, sin dejar de ver a TaeHyung, intentando no compararlos como una idiota, porque además de ser doloroso para Kim, sería humillante si ella terminaba gimiendo el nombre de su jefe, además de que la dejaría en evidencia.

⎯ Pero profesor, enséñeme algo, por favor.⎯ pide abriendo más sus piernas, reposando las manos detrás de su torso para sostenerse con las mismas. Mira el cuerpo semidesnudo de TaeHyung de arriba a abajo, era muy atractivo, tenía los abdominales marcados, sus clavículas se notaban, y cuando ejercía fuerza en sus brazos se notaba, incluso la tan famosa V desaparecía en su pantalón.⎯ Quiero aprender.

⎯ ¿Qué quieres aprender?

⎯ Quiero aprender a complacerlo. Quiero ser su alumna favorita.

TaeHyung asiente con la cabeza, dándole la mano para ayudarla a bajar del escritorio, a lo que Victoria se para al lado de él, esperando las siguientes instrucciones, y eso calentó más a Kim, si es que acaso podía sentirse más deseoso de ella. Ver como era su tutor, su superior, y todo lo que ordene ella iba a hacerlo, lo hacía querer follarla hasta hacerla ver las estrellas, que le pida por más todo el tiempo, la monotonía nunca aparecería entre ellos porque tenía demasiadas formas para complacerla sexualmente como para que puedan aburrirse de hacer siempre lo mismo, y eso era algo importante en una relación.

⎯ Para empezar podrías quitarte la ropa.⎯ ordenó y ella asintió dirigiendo las manos al broche de su top, que se encontraba en la parte trasera de su cuello.⎯ Tendré que calificar tu ropa interior.

La rubia se desviste bajo la atenta mirada de él, que había pasado por todo su cuerpo pero se concentró más en sus pechos al ver que no llevaba brasier, cosa que le encantó, aquella prenda siempre le pareció lo suficientemente inútil al momento de tener sexo, o cuando la mujer sabía que tendrían, era facilitar el trabajo si no lo utilizaba. Pasó los dedos por su labio inferior al ver la tanga violeta, a los costados de su cadera tenía elásticos regulables, y en la parte trasera era tan delgada que se perdía entre sus nalgas, casi que no tenía funcionalidad más allá de cubrirle el húmedo coño que tenía. Victoria lo miró con una sonrisa luego de dar la vueltita para que pudiera verla por completo.

Lecciones de lujuria| jjk+kth. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora