Se colocó su pijama habitual de terciopelo rojo y se acurrucó en la esquina de su enorme cama matrimonial. Stolas observaba su celular quieto, sin notificaciones, simplemente miraba el aparato inerte a su lado sin rastro de que alguien quisiera comunicarse con él. Indudablemente se cuestionó con amargura lo estúpido que era y lo solitario que se sentía estar en esa posición tan lamentable.
Se sentó en su lugar, hizo un giro con su muñeca y logró que una botella de vino flotara entre sus polvos mágicos azulados y se acercara a él flotando desde el estante de sus vinos. Lo sostuvo entre sus manos cuando llegó a él y abrió la tapa con mucha facilidad.
"Esta espera me está matando."
Jadeó espantado al escuchar la forma en como su ventana se abría de par en par, alguien arañaba la madera y se colgaba del marco con mucha dificultad. Blitz entró la mitad de su cuerpo en la habitación, parpadeó al verlo y sonrió muy nervioso bajo la mirada atenta y anonadada del principe.
—¡Stolas! hahahah. ¿Bebiendo tan temprano? Deberías dejarme un poco —señaló la botella de vino antes de caer de cara al piso (como siempre)
Stolas se avergonzó y retiró la botella con su magia, la volvió a colocar en el estante y trató de fingir que no se sentía tan amargado ante la espera, la cual había sentido como una eternidad.
Mientras tanto, Blitz se recompuso, se puso de pie y se sacudió la ropa. Extrañamente, llevaba una mochila a diferencia de las veces anteriores que lo había visitado.
—Tus guardias están cada vez más duros —gruñó molesto al recordar lo difícil que fue ingresar—. No me culpes por entrar así.
—No, no. Si tan solo me avisaras, podría evitar esto y permitirte entrar por la... puerta —le contestó el contrario con paciencia y bastante sentido común.
Fue ignorado, ya que Blitz se quitó la mochila y sacó de ahí un paquete envuelto de forma descuidada por periódico, el cual tenía dibujado muchos garabatos con marcador. Extendió el objeto hacia él y se lo entregó.
—¡Oh! Te traje algo genial, vas a amarlo. Bueno, eso espero —terminó susurrando con inseguridad y rascándose la nuca—. Eh... Es para compensar la espera ¡Un regalo!
—¿Un regalo? —Stolas abrió sus ojos repletos de brillo de estrellas, conmoción, felicidad y muchísimas emociones hermosas—. ¿Solo para mí?
—No me mires así —lo regañó Blitz sintiendo mucha presión por aquella excesiva emoción que transmitían sus ojos color rubí—, estás colocando tus expectativas muy, MUY... altas en mi. Y soy un gran cabrón. Y sobre todas las cosas, soy jodidamente pobre. Nunca podré traerte algo decente o de tu altura... O algo costoso.
Terminó diciendo con un poco de culpabilidad. Una vez Stolas sujetó el paquete y comenzó a abrirlo, dejó de escuchar a Blitz. Tomó asiento en una esquina de la cama y lo desenvolvió con cuidado ya que era el tipo de persona que guardaba los envoltorios de los regalos. Además, Blitz lo había llenado de dibujos de caballos... Era adorable.
—Repentinamente he pensado en eso —dijo el imp volviendo a rascarse la nuca con nerviosismo—. Toda tu vida has estado acostumbrado a lujos y esas mierdas. Y yo solo soy un imbécil que tiene que subsistir día a día con-
—¡ME ENCANTA! ¡LO AMO! —gritó Stolas sin contener la felicidad que invadió cada pluma de su cuerpo al encontrarse con el regalo dentro del envoltorio.
Eran unas plantas que jamás había visto crecer en su territorio, un par de flores pequeñas que parecían tener vida propia y estaban enterradas en una lata vieja y descuidada. Las dos flores carnívoras se movían entre si con sus picos similares a la de los pájaros.
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You are loving
Fanfic¿Desaparecieron mis invitaciones? ¿Por qué pusiste tu corazón en cada letra cursiva? Dime por qué diablos no hay nadie aquí... Dime qué hacer para que todo se sienta mejor. Tal vez sea una broma cruel para mí. Es mi fiesta y lloraré si quiero. Llora...