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Había amanecido y como si concordara con lo que sentía hoy el castaño. En el cielo, nubes oscuras cubrían al sol y el ambiente era frío y un tanto pesado. 

  Días como este lamentó mi terquedad...Pensaba un malhumorado Seiya, que intentaba en lo máximo no mover su cabeza demasiado; ya que gracias a su sonambulismo la noche anterior había ocasionado que amaneciera con un dolor de cabeza terrible. 

Así que como pudo, realizó su rutina diaria. 

Acomodar la cama. 

Ver que el patriarca este bien..

Ir al baño. 

Ver que Shion siga bien. 

Esperar el desayuno

Y... Ver que Shion siga bien. 

Un suspiro abandono su labios luego de terminar su desayuno y verse sin nada que hacer. Así que para olvidar su aburrimiento empezó a reflexionar sobre que podrían estar haciendo sus amigos en éstos momentos:

Shun todavía está pagando su castigo en la cafetería. 

Hoy es el día libre del antiguo maestro así que seguro saco a Shiryu del santuario. 

Hyoga debe estar molestando a Camus. 

Y Ikki.... 

Ikki.. 

No se que demonios podría estar haciendo pero seguro que no voy a verlo. 

Así que al verse sin otra alternativa, el castaño decidió gastar su energía mañanera en algo que para el era "productivo".

Lo cual dicha acción término sorprendiendo al gemelo menor de Géminis, ya que al entrar al Coliseo, se encontró a la figura del chico entrenando en este bajo la atenta mirada de su hermano. 

Tan extraña era la escena que el gemelo tuvo que acercarse al mayor para preguntar. 

— Saga.— llamó/saludo al llegar junto a su hermano. El mencionando se volteo ligeramente y le izó un leve asentamiento como saludo.— dime, ¿que astros se cruzaron para que creará tal milagro? — inquirió notando como el mayor formaba un atisbo de sonrisa en sus labios. 

— No lo se, pero, ¿acaso importa?  Es refrescante ver cómo poco a poco vuelve a ser el mismo. — mencionó el mayor sin despegar la mirada del Omega castaño, cosa que no pasaba desapercibido por su gemelo. 

— Es verdad, pero me sorprende ver que no están sus niñeras. — comentó observando las gradas. De inmediato y gracias a su comentario, se ganó una rodada de ojos de su hermano. 

— Mu, esta arreglando un asunto con Milo; según escuche, algo que incluía al pequeño Kiki y las máscaras de las amazonas.— informó, notando con diversión como su hermano abría los ojos atónito para luego soltar una carcajada tan fuerte que fue escuchada por Seiya, en la arena. 

—¿Q-que pudo haber poseído a Milo, para que hiciera tal cosa con el aprendiz del borrego? — hablo, al mismo tiempo que Seiya reanudaba su entrenamiento, con un solo pensamiento en la mente. 

Los gemelos están locos... Es de tontos preguntar porque Kanon se ríe... 

— Según, Camus, no valora la segunda oportunidad que nos dio Athena, así que anda tentando a la muerte. — expresó negando el mayor mientras pensaba en darle la razón al francés.

Mira que hacer molestar a Mu.... Uff.. 

— He, el alacrán esta loco, no te lo quito.— mascullo el menor. — pero eso no contesta donde esta Shaka, y ya sabes que pasará si el antiguo maestro se entera. El rubió puede ir olvidándose de sus horas de meditación.— se regodeo  ganándose un golpe por parte de su hermano. 

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