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Una semana había pasado desde la reunión que habían tenido con Athena. Y tal y como está dijo, al tercer día los espectros y marinas habían llegado al santuario para acompañar a sus señores.

Decir que estaba turbado era poco. Tantas feromonas en el aire lo estaban volviendo loco; Su instinto Omega le obligaba a someterse a las feromonas de los alfas que había afuera. Por esa razón es que no había salido de la habitación de Shion,tan solo estar a unos metros lejos del lemuriano y no oler su aroma, le ponía errático.

Había estado preparándose mentalmente para la situación. Pero como dicen una cosa es imaginarla y otra vivirla.

Sus desayunos, almuerzos, todo lo había estado tomando en la habitación. Y daba gracias a los dioses que las alcobas del patriarca eran zonas restringidas; ni siquiera podían pasearse por el pasillo. Todo contacto humano que había tenido en estos días había sido con Mu y Shun. Siendo este último el que le intaba a salir con la excusa de que no era sano ser tan dependiente del aroma del patriarca.

Yo decidiré, que es sano o no para mí...

Fue lo último que le dijo, luego de que tuvieran una discusión. La mirada dolida de su amigo, casi hermano le había dolido a él también. Pero el solo pensar separarse de Shion y enfrentarse a una horda de alfas a los cuales había enfrentado y derrotado hacían que su omega gimiera de angustia. Sabía lo que vendría si daba un paso fuera de esa puerta.

Sería la miel para las abejas...

Un golpe en la puerta llamo su atención e hizo que dejara lo que estaba haciendo para prestar atención a está. Mu se identificaba de inmediato antes de abrir la puerta al igual que Shun, así que la persona que estaba tras está no era ningún de los antes mencionados,y considerando que la habitación de Shion no permitiá oler las feromonas fuera de esta. Hicieron que sus alarmas se dispararan de inmediato y que tanto su cosmos como su aroma se perturbaran, por la sozobra.

— ¿Seiya?...

Un suspiro aliviado abandono sus labios al reconocer la inconfundible voz de Shiryu al otra lado de la puerta.

Estaba seguro de que le hiba a enseñar al dragón el sistema que llevaba con Mu y Shun. Nada de sorpresas para el, gracias.

— Puedes pasar.— de inmediato la puerta se abrió y el azabache entro a la alcoba.

— Siento si te asusté, Shun me había platicado de vuestro sistema, pero se me olvidó.— arqueó una ceja incrédulo ante esto.— si, se que es raro, pero me tope con Minos antes de venir aquí y tuvimos una desagradable charla.

Algo en la frase de Shiryu llamo su atención e izo que se tensase.

— ¿Dónde dijiste que te lo topaste? — para el oji verde tuvo que ser obvia su reacción ya que de inmediato intento calmarlo.

— Fue a unos pasillos de aquí, pero tranquilo, pude distraerlo y hacer que regresará a su ala.— artículo, notando como el color volvía a la tez de su compañero.

Seiya se dejo caer en uno de los muebles del lugar y le señalo un asiento al azabache. El cuál para su tranquilidad hizo caso a su petición.

— Seiya...— el oji verde se removió un tanto incómodo en su asiento al no saber cómo darle la noticia que había escuchado esta mañana durante una de las reuniones. Y para su mala fortuna el fue el encargado de dársela al castaño.

— ¿Hmm...? — Ahora más nervioso estaba el dragón; los orbes color chocolate de su amigo estaban sobre el, esperando que termina de hablar.

— Verás Seiya, sabes que antes del firmar el tratado, todos los involucrados debemos interactuar entre nosotros para luego proceder, ¿cierto? — al ver el asentimiento de su amigo suspiró.— pues resulta que hoy al fin, alguien se dió cuenta del pequeño detalle que estuvo faltando está semana.— el ceño fruncido de Seiya no fue para nada de alivio para el pobre de Shiryu.— no sabemos quién fue el sizañoso, pero está mañana  Hades pregunto en la mesa que de servía tanta convivencia si el mayor causante del tratado no se encontraban presente....

Decir que Seiya se molestó sería decir poco. Las feromonas del castaño explotaron por la alcoba llegando a cada recóndito lugar en esta.

— ¡Seiya detente!¡El patriarca! — y solo mencionar ese título izo que el castaño se calmara y girará de inmediato a ver al mencionado que seguía igual que hace hace unas semanas; acostado en la cama y sin indicios de despertar, solo que ahora se le añadía una palidez casi verdosa a su  rostro por causa de las feromonas furiosas del pegaso.

— Shion...— el castaño se acercó rápidamente a la cama del lemuriano y tomo la mano de este mientras volvía a dejar salir su aroma solo que ahora con una función calmante. — lo siento Shiryu, yo...

— Lo sé.— musito el dragón al ver la obvia preocupación de su amigo.— Athena intento dar una escusa por tu ausencia, pero esos dos se negaron a firmar en contrato sin antes ver una convivencia entre sus guerreros y tú.— termino de decir por fin.

— No tengo ningún problemas con ellos — pronuncio el castaño mirando a su amigo.

— Lo sabemos, pero ellos quieren verlo, no creerán las excusas de Athena. — suspiro.— los dorados también objetaron, pero ya los conoces a los segundos los insultos y amenazas corrían por el lugar

— Problemáticos.— mascullo molesto el castaño, sacándole una sonrisa al azabache. Era en segundos así dónde veía al viejo Seiya y le daba esperanza de que tal vez este volvería a ser el mismo algún día. — entonces me imagino que la orden de Saori fue de que saliera.— artículo sin dejar de fruncir el ceño. Suavizandole de nuevo al notar que Shion empezaba a inquietarse otra vez.

Aún insconciente sigues velando por mi....

Que tonto..

— Seiya..

— Lo haré.— declaró firme, deteniendo al azabache de decir otra cosa.— haré lo que esperan de mi y luego veré ese maldito papel con sus firmas porque sino, les haré desear la muerte por separarme de Shion es estos momentos. — la euforia recorrió el cuerpo de Shiryu al notará ese familiar fuego en lo ojos de Seiya.

Ese es...Ese es el Seiya que yo conozco...

El que deseamos y queremos ver de nuevo...

Al que no se rinde.....al que pelea sin dar marcha atrás...

Al legendario Caballero de Pegaso.

— Está bien, se lo haré saber a athena.— y tal como llegó el dragón, se fue, solo que ahora sentía su cuerpo más eufurico que antes, esa pesades que había tenido se esfumó con solo mirar el brillo del pegaso otra vez en sus ojos.

Deberían tener cuidado mañana. Por fin verán un Seiya muy molestó...

La risa del dragón fue lo único que sonó por el pasillo, el azabache casi que saltaba de la alegría. Ya le diría a los chicos que se preparan, mañana sería un muy buen día para ellos.















Bueno creo que primero me coloco mi escudo contra tomatasos y esas cosas. Primero me disculpo enorme mente con todos , pero durante meses no tuve ganas de escribir está historia. Mi amiga la inspiración huyó de mi y por nada quería regresar. Hoy fue que luego de volver a leer la historia la maldita me golpeó. Es un amor/odio entre nosotras tranquilos, espero que perdones los horrores ortográficos. Bueno que más les digo, espero disfruten el capítulo. No les aseguraré cuando vuelvo actualizar. Espero que me tengan paciencia. Ariagatou.

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