A la mañana siguiente, Seiya fue tomado por sorpresa con dos noticias que hicieron que reafirmará su pensamiento de que alguna deidad por hay se burlaba de ellos.La primera fue anunciada durante el desayuno por un muy serio Dohko. La expresión de todos había caído luego de eso, y es que no se les podía culpar.
Ya que al parecer, Zeus en su infinita sabiduría (nótese el sarcasmo) había decidido que ya iba siendo hora que todos los dioses y no sólo Hades y Poseidón firmaran el Tratado de paz con Athena.
El Dios de los cielos, quería acabar con milenios de Guerras y riñas en tan solo dos semanas.
Loco ¿verdad? Seiya pensaba igual.
Además de eso, no sólo tendrían que lidiar con los Olímpicos si no que también estaba siendo llevará una guerra Fría entre los dorados y los generales marinos.
¿La razón?
El Pegaso aún no la sabía, así que por eso era que se dirigía al templo de Acuario en compañia de Ikki. Tal parecía Kanon era el encargado de supervisar uno de los campos de entrenamiento fuera de Atenas asi que por eso, el Fénix se hallaba junto a el. Irritado y descontento aunque no lo quisiera decir.
Tan orgulloso...casi bufo el menor, mientras entraban en el templo de Acuario. Elevaron su cosmos para avisar al caballero de su llegada y este apareció tras una de las columnas, cortándole el paso.
— Hola Camus. — saludó el Pegaso, mientras que Ikki tras el murmuro lo que Seiya entendió un corto saludo.
— Caballeros. — les regreso el acuriano y Seiya casi podía jurar que noto un atisbo de tristeza en su mirada al verlos.— Hyoga se encuentra en su habitación.—informó ante de desaparecer por el pasillo, para así minutos luego no se sintiera su cosmos en el templo.
— Ikki, ¿soy yo o Camus estaba triste? — se volvió a mirar a su amigo. Pero la respuesta del Fénix solo fue fruncir su ceño y adentrarse en los terrenos privados del templo.— Oye, Ikki. — le llamó, llendo tras el. Y así ambos adentrándose en el lugar.
Al llegar a la habitación de Hyoga, el mayor abrió la puerta sin avisar y se encontró con una imagen por lo demás de extraña.
Sentado en la cama y frente a una computadora Hyoga, solo era alumbrado por la luz de la pantalla. Irritado, Ikki encendió las luces del cuarto y por fin pudieron percatarse del estado del cisne. Cabello revuelto, piel pálida, ojeras y ojos inyectados en sangre, además de un gran ceño fruncido.
Se ve horrible...
— ¿Que demonios te pasa ,ikki? — A parte de agresivo... Pensó Seiya al escuchar su brusco tono.
— Eso mismo va para ti, Pato, te vez de porquerí-i..
— Te vez terrible. — término de decir Seiya, luego de haberle propinado un fuerte pellizco al Fénix para que se callara. La mirada matadora de su amigo obvio no se izó esperar.
— No intentes suavizar el asunto, Seiya, el Rubio de ve de mierd-...¡SEIYA! — exclamó irritado, al sentir otro fuerte pellizco en su costado.
— Tu vocabulario es el problema aqui.— Indicó el castaño. — dime, ¿con esa boca besas a Kanon? — se cruzó de brazos, al mismo tiempo que el cisne ahogaba una carcajada, y el mencionado hacia amagos de golpearlo.— vez, ya le sacamos una sonrisa a Hyoga. — comentó empujando al de azul para entrar así a la habitación.
— No soy su puto payaso. — musito el peli azul, al mismo tiempo que le hechaba una mirada airada al cisne.— dinos de una voz porque pareces un asqueroso zombie, mocoso.— inquirió, a lo que Seiya rodo los ojos.

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Vida
De TodoCuando la guerra contra el Dios del inframundo término , Athena decidió hacer un tratado de paz con todos los dioses del olimpo y con el mismo Hades para así poner fin a tantos siglos de guerras interminables que siempre terminaban con perdidas en a...