—¿Qué fue lo que pasamos por alto? —preguntó Joseph confundido.
—¡No lo sé! —exclamó Eric.
—Supongo que no somos tan buenos investigadores como pensamos —dijo Efraim, después de reflexionar unos minutos.
—Algo está mal —agregó Eric—. Tiene que haber una explicación.
Ginny frunció el ceño y observó más de cerca el periódico. Decían las mismas cosas de siempre, como lo grandioso que era Harry, cómo entró al departamento de Leo con una orden del Ministro Ballard después de que los mortífagos condenados a Azkaban lo delataron; encontraron documentos allí, cartas y cosas que lo incriminaban como líder de los mortifagos. También porqué se calló debido a que el rubio era importante en el Wizengamot y Harry debía asegurarse de que no hubieran más personas del ministerio involucradas, y aunque no se menciona explícitamente, se da a entender que en los próximos días habrán más encarcelamientos, incluyendo una limpieza completo del personal en el piso administrativo del Wizengamot.
Teniendo eso información, Ginny concluyó que era cierto. Sus ojos no la engañaban. Leo había sido encarcelado en una de esas celdas en el departamento de Misterios, custodiado por muchos aurores, ya que se comprobó que era el líder de los mortifagos. La cuestión era cómo.
No es que le desagradara por completo, sino que le parecía algo extraño. Harry había tenido razón cuando le dijo que se sorprendería, como el resto del mundo mágico. Ahora entendía todo el alboroto entre los aurores y cómo los novatos susurraban entre si las nuevas noticias. Era una bomba que había tardado en detonar.
El asistente, confidente y consejero de Rowan Flame era el líder de los mortífagos. Eso claramente condenaba también al propio señor Flame, que nunca sospechó de nada, aparentemente.
Pero mientras seguía analizando la situación se dio cuenta de que algo no encajaba. Sí, Leo era desagradable, pero ella y sus amigos descubrieron que ni siquiera se esforzaba en el colegio, ¿cómo llegó a ser líder de los mortífagos? ¿Con engaños y trucos psicológicos? ¿Alguien más lo ayudó? Tal vez Ron, Hermione, Percy y Charlie estaban implicados, ¿pero cuánto? ¿Quienes más?
Aun cuando El Profeta le presentaba una respuesta, Ginny quería seguir dándole vueltas al asunto. Sin embargo, lo atribuyó a la desconfianza que le habían creado los entrenamientos de aurores. Sus mentoras y Ernie siempre remarcaban la importancia de no quedarse con solo una cara de la moneda. Pero estaba claro que exageraba.
Leo era el líder de los mortífagos, fue apresado por Harry y él se iba a encargar de los demás. Estaba hecho y el asunto cerrado.
—Arielita, dinos qué piensas —dice Eric, quien no había llegado a un acuerdo con Efraim.
—¿Qué más pensaré? —respondió Ginny encogiéndose de hombros—. Ya el asunto está solucionado, chicos.
—¡¿Qué?! —exclamaron Eric y Joseph al unísono, abriendo los ojos como platos.
—¡¿Cómo?! —agregó Joseph—. ¡Pero registramos todo el departamento de Cowen y no había pruebas que lo incriminaran! ¿Cómo el cuñadito sí encontró?
—Exactamente —concordó Eric.
—Podría haber tenido una habitación secreta —intervino Efraim—, que gracias a que no nos quedamos el tiempo suficiente no pudimos ver.
—Es una teoría razonable. —Joseph y Eric miraron a Ginny como si estuviera loca y ella soltó un suspiro—. Escuchen, chicos, tal vez les parezca increíble, pero a veces no sabemos lo que en verdad oculta una persona y Leo es el ejemplo correcto. Mírenlo, resultó ser el líder de los mortífagos aunque nosotros llegamos a dudarlo y descartarlo por completo. Harry y los aurores son profesionales en el tema y saben lo que hacen. Recuerden que, a fin de cuentas, nosotros somos solo novatos.
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Su Debilidad [Harry y Ginny]
FanficGinevra Weasley, fue enviada por sus padres a Estados Unidos cuando tenía 14 años, muy a pesar de que por fin pudo entablar una amistad con Harry Potter, el chico del que siempre estuvo enamorada. Una año y medio después de la desastrosa batalla de...