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[ cuando aparezcan estos "puntos" —> ° ° °, tomenlo como que vamos a ver un evento pasado. ¿Okay? Y cuando salgan estos puntos:
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Es un salto de tiempo en el presente. (Disculpen las faltas ortográficas, y no me aguante jeje, lo subiré hoy lunes.]
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Presente.

En un puerto cercano que está situado a las afuera de York Shin, dos peculiares hermanos descienden de un barco pesquero, mientras que el capitán les despide con un cálida sonrisa.

— ¡Muchas gracias capitán Katso!

Dijeron los dos chicos al unisono, haciendo reír al capitán de cabellos rojos, viendo con cierto cariño a ambos niños que fueron sus acompañantes en el viaje.

— Por favor tengan cuidado, o sino, no tendré cara para ver a su padre.

Les dijo una vez más en todo el viaje, ellos asintieron animados mientras se daban la vuelta para emprender su marcha hacia la calle principal, dónde se encuentran los autobuses para ir y darle una sorpresa a su tío de cabello largo, al cual no veían en muchos meses.

El de cabellos rojos caminaba tranquilo por la calle, agarrando las correas de su mochila para evitar que alguien pudiera robarla; y viendo con cierta molestia a su hermano mayor que corría de un lado a otro mientras pegaba su rostro en las vitrinas de las tiendas. Asustando a varios clientes que se encontraban viendo las joyas de alta calidad.

— Aniki... ¿Puedes caminar como una persona normal? — se cubrió el rostro cuando un perro enorme casi muerde a su hermano mayor, tratando de esconder su rostro para evitar que los relacionen.

El mayor de los dos se quedó viendo al menor. Con los ojos entrecerrados y sus irices doradas brillando traviesamente, listo para cometer su travesura. Se dio la media vuelta y se acerco al perro nuevamente, esta vez, por el contrario de antes, no salto directamente a morderlo. Simplemente se quedo quieto observando al pelinegro rodearlo con una sonrisa escalofriante.

"¿Qué haras esta vez, aniki?" El pelirrojo suspiró cansado, pensando en las miles de posibilidades en las cuales su hermano mayor cometa una locura o posiblemente una catastrofe.

— ¡Corré! 

El grito repentino de su mayor causo un efecto domino en sus piernas, sin saber correctamente cual es la situación, sus piernas se movieron solas y justo ahora se encuentra corriendo mientras trata de no desviar la mirada de enfrente, para no chocar con algunos de los transeuntes que van por la poblada calle.

¡Wof wof! 

El ladrido del perro hizo que su corazón se detuviera y volviera a correr como si su vida dependiera de ello, cuando realmente es así , el pelinegro corría al lado de su hermano menor mientras que sus piernas comenzaron a fallar debido a la repentina carrera que emprendío por la adrenalina.

— ¿¡Qué demonios hiciste ahora, Gumer!? — el rugido furioso de su hermano lo puso aun más nervioso.

El enorme perro amenaza con alcanzarlos en cualquier momento, y sus filosos y puntiagudos dientes no prometen una mordida suave. Tragó grueso mientras trata de esquivar a un pelinegro que se cruzó de repente en su camino, desestabilizando su centro de gravedad.

— ¡Mierda! — gritó, tratando de seguir corriendo.

Sus piernas finalmente cedieron ante el cansancio, ya no dando para más. Gumer se quedó inhalando y exhalando, tratando de respirar tranquilamente pero sin poder, sus vías respiratorías arden a más no poder. 

¡Wof, Wof! 

El ladrido del perro lo hizo entrar en panico, si continua quieto el animal lo mordera.

El regalo [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora