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— ¿Por qué deseas saber? — Gon dejo el café, mirando al pelirrojo con un rostro serio.

Morrow al ver que se puso a la defensiva casi al instante, él también se puso al ataque. No va a ceder hasta que sepa quién es la mujer que lo hizo padre, quién hizo lo posible para que Gon se escondiera durante doce años.

— Curiosidad. — sonrió.
— No creo que sea solo eso. — acusó Gon.

Ambos guardaron silencio, sintiendo el aire tenso. ¿Por qué Gon no quiere responder? ¿Tan importante es esa mujer como para querer mantenerla en secreto? ¿Cree que así la mantendrá segura? Un sentimiento amargo de instaló en su pecho. Reconoce esa sensación, la sintió cuando la mujer llamada Palm abrazó a Gon por el brazo.

Esa horrible sensación de celos. ¿Eso es lo que Gon desea oír? ¿Qué siente celos por quien dió a luz a esos niños? Sonrío y se tragó la molestia.

— Es tan simple como eso, ¿Qué más seria? — soltó.
— No lo sé, no preguntas a menos que te interese. — el pelinegro no cederá tampoco.

Hisoka miró su reloj, viendo la hora 3:45 PM. Ya es hora de volver al departamento con Soka, el pelinegro también vio la hora en su móvil.

Y sin decir una sola palabra, ambos se pusieron de pie casi al mismo tiempo. ¡Hisoka se echó el café encima! Accidentalmente, Gon empujó la mesa y la taza de café se volcó sobre el regazo de Hisoka, mojando sus pantalones...

— ¡Lo siento, lo siento! — exclamó, caminando hacia Hisoka con varias servilletas en la mano.

Y de un medio empujón, el pelinegro sentó al mayor en la silla mientras él se agachaba para secar el pantalón negro del otro. El mayor sintió las mejillas arder cuando la mano del menor ejercicio presión sobre su entrepierna, enviando una descarga eléctrica por su cuerpo... Haciendo que su amigo comenzará a despertarse.

El menor, sin embargo, seguía arrodillado con una expresión avergonzada mientras movía las manos tallando con fuerza el pantalón del pelirrojo. Cuando finalmente se detuvo, se dió cuenta demasiado tarde.

— ¿Hisoka? — alzó la mirada confundido.
— ¿Mmm~? — lo escucho jadear, ocultando un sonrojó con su mano mientras que sus ojos están clavados en la salida.

Gon se sonrojó también. Viendo la situación, su posición y la de Hisoka, es demasiado provocadora.

De repente me dio sed.

El pelinegro intento levantarse de prisa y girarse sobre sus talones al mismo tiempo. Pero, ¿Quién diría que hasta el universo quiere que las cosas no salgan como él quiere? - Debido a la repentina fuerza en sus piernas, el pelinegro perdió el equilibrio y termino cayendo sobre el regazo de Hisoka. Sintiendo como las caderas del mayor se tensaban ante el nuevo contacto. — Mmm~ — escuchó a Hisoka gemir contra su oído.

Su corazón dió un vuelco. No podía haber situación más vergonzosa...

— ¿Soy cómodo, ringo-chan~?

Gon se estremeció al escuchar su voz seductora, sumado el aliento caliente del pelirrojo chocando contra su oreja. Volvió a tragar grueso.

— S-si...

Gon se cubrió la boca.

¿¡Y ahora que estoy diciendo!?

La vergüenza se apoderó de su rostro, pero aún así no se apartó del regazo de Hisoka e inconsciente o concientemente, terminó moviendo sus caderas contra la erección del pelirrojo. Y, Hisoka, se cubrió la boca al sentir como se movía el menor. - Es una lastima para él que estén en un lugar público y con varias personas alrededor. Y aunque no sería problema para él tomar a Gon ahí mismo, debe pensar más en el pelinegro que en sí mismo.

El regalo [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora