33

50 9 1
                                    

Leorio entro al consultorio, ignorando por completo la presencia de Hisoka cercana a la puerta, quien le estrujo con la mirada; ya que su objetivo de preocupacion esta sentado frente a la mesa de consultorio. Gon Freecs, es su paciente numero uno cuando se trata de medicina. Por él, incluso vacio un piso completo para que diera tranquilamente a luz a sus dos cachorros.

— ¿Cómo te encuentras?

Fue lo primero que dijo, antes de agarrar una pluma y una hoja en blanco que parecía un formulario. Gon sonrió ameno, su amigo siempre tan cuidadoso, pero ante todo. El deber de un doctor es más importante para él. Su pareja, Hisoka Morrow juega con sus naipes mientras ve a su adorada fruta sonreírle a su amigo. Sus ojos dorados se fijaron en el pelinegro, él no es una amenaza para él. Está casado y con hijos. Lo cual podría serle útil, no en el médico un rival, mira una fuente de consejos.

— Bien. — respondió Gon.

Ambos vieron a Leorio asentir, totalmente serio anotando todo en el formulario, solo se escuchaba el sonido que producía al escribir.

— ¿Haz sentido alguna anomalía en tu cuerpo? — alzó la mirada, viendo al Freecs.

— Solo un leve hormigueo y calor en el bajo vientre (pelvis), y dolores de cabeza. — dijo viendo de reojo al de pelo rojo que sonreía con inocencia.

Leorio asintió, tomando apuntes.

— ¿Haz tenido relaciones sexuales? — esta vez no alzó la mirada.

— Sí.

Hisoka alzó las cejas al ver que lo decía sin ninguna vergüenza, parece que su dulce fruta está madurando o es simplemente la confianza hacia el médico que es su mejor amigo.

— ¿Hace cuánto iniciaste tu vida sexual nuevamente?
— Hace tres meses.

Hisoka alzó una ceja, hace tres meses no había encontrado a Gon todavía. ¿Eso quiere decir que estuvo con alguien más a parte de él? Eso no le hace muy feliz que digamos, ahora siente un sabor amargo en su paladar.

— ¿Mujer u Hombre?
— Ambos. — se sintió nervioso, Hisoka está escuchando todo.

Así que estuvo con ambos sexos después y antes de mí. – su dorada mirada brillo furioso.

— ¿Última vez?
— Anoche.
— ¿Usaste protección? — le dió una leve mirada a Gon.

— No... — se sonrojó un poco.

Hisoka sonrió, el hermoso sentimiento de saber que lo ha llenado cada vez sin ninguna vergüenza es fenomenalmente satisfactoria. – Leorio terminó de apuntar los detalles en el formulario y tecleó algo en la laptop frente al paciente, pasando algunos datos del formulario a la computadora. Y dando un clic se puso de pie, llenando una solicitud nuevamente.

Leorio miró a Gon y le hizo una señal para que lo siguiera.

— Bueno, ahora vamos hacer un ultrasonido, antes de pasar a hacer la prueba de sangre, eses y orina. ¿Desayunaste? — se detuvo para ver a Gon.

— No, Leo me advirtió que no comiera o tomara nada que no fuera agua.

Hisoka miró su interacción. Como si hubieran hecho un sin fin de veces antes. Se sintió raro, algo molesto y preocupado.
En su camino se apareció una señora de edad, y cuando vio a Gon sonrió y se acercó a él.

— ¿Se acuerda de mí? — Leorio detuvo su andar y al verla sonrió, no le impidió hablarle a Gon.

El pelinegro al verla se sintió enternecido.

— ¡Claro! — se acercó a ella — Usted me ayudó mucho cuando nacieron mis bebés.

Hisoka se dió cuenta de algo, solo por las palabras de Gon.

El regalo [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora