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Duele...

Gon no es de los que se enferman fácilmente, es bastante conocido por su gran resistencia y buena salud y por ende, son raras las situaciones en las que él puede pescar un resfriado o simplemente sentirse doliente.

— Le diré a Leorio que venga a revisar cómo te encuentras.

Killua se alejó para ir a la puerta de la suite, listo para tocar la puerta de enfrente donde estaba el médico viviendo con su familia de cinco. Gon, por su parte. No quería ser revisado ya que eso indicaba ser una molestia, y este viaje fue originalmente planeado para que todos - sin excepción - para descansar y relajarse, lejos del trabajo.

¿Por qué arruinaría las vacaciones de sus amigos solo por un malestar?

Agarrando el dobladillo de la camisa azul de Killua, haciendo el mínimo esfuerzo por detenerlo, pero lo suficiente para llamar su atención. - Azul y castaño se vieron, quedando en un silencio cómodo pero tenso entre ambos. ¿Puede Killua resistirse a su amigo cuando lo ve suplicante? Oh no, claro que no. Es como ver a su propio hijo rogarle que lo suelte por tanta atención brindada.

— Después de la cena le diré a Leorio. No acepto negativas. — declaró, caminando hacia la puerta.

Eso está mucho mejor.

Limitándose a sonreír en la soledad de la habitación, el pelinegro agradece que sus hijos no estén presentes ya que quizás tendría un dolor de cabeza añadido al dolor de estómago. Siendo él, el que siempre está en movimiento y haciendo mucho ejercicio para mantenerse entretenido. Estar ahora acostado sin nada que hacer le parece un castigo. ¡Qué el dolor se vaya rápido!

Y tocándose el estómago, comenzó con la mano izquierda a hacer círculos sobre este y con la derecha tocándose la cabeza pausadamente.

— Sana, sana. Culito de rana, si no sanas hoy sanaras mañana. — se levantó la camisa, viendo su abdomen trabajado — Es una lastima que no pueda besarme el estómago.

Negó suspirando. Conjuntamente con la situación, le preocupa que Palm no se a comunicado con él desde hace una semana, semana en la que ella ya debería estar en el hotel o en el país. ¿Será que pudo haberle pasado algo?

A menos que se haya ido con el señor Knov.

Apoyando esa idea, Gon dejó de sobre pensar. En última instancia ella se comunicaría con Killua, avisando si hubiera ocurrido algún imprevisto que le hubiera impedido ir al viaje con ellos. - Con los nervios apoderandose de él nuevamente, cogió el móvil y buscó el contacto de Palm, abriendo el chat y revisando la última conexión. ¿Qué podría haberle pasado a ella? Oh, Gon parpadeó al ver la hora de su última conexión.

[Última conexión: 18:49 PM.]

Frunció las cejas, eso fue hace una hora.

— ¿Y si le llamo? — preguntó mordiendose el pulgar.

¿Se vería raro?

Se cuestionó, la situación lo amerita. Ella no es su "pareja" que digamos, Palm es siete años mayor que él pero es bastante atenta, cariñosa y algo loca a veces.

Es solo para asegurarme.

Tocando el teclado, comenzó a escribir un saludo. Primero le va a escribir, para comprobar si ella está bien y si no contesta, puede rastrear el número de teléfono de Palm. Ella mantiene la ubicación activada en todo momento, lo cual lo hace más eficiente.

— Responde, Palm...

Gon cerró los ojos, esperando que ella respondiera.

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El regalo [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora