Capitulo 33

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Advertencia: mención de suicidio.

Llegar hasta la casa no había sido una misión difícil, incluso teniendo que caminar casi toda la noche y gran parte del día siguiente, antes del anochecer ya estaban ahí.

Eso era más bien una cabaña, había quedado algo destrozada luego de la misión de rescate y un espantoso olor se desprendía hacia todos lados.

Que asco. Dijo Snape, cubriéndose la nariz.

Exagerado, no está tan mal. Hermione olisqueó. Huele a La Madriguera.

Típico de Weasley.

Hermione no dijo nada. En realidad no entendía lo que debía sentir hacia Ron en esos momentos. Seguramente lo que Severus esperaba era que le tuviera un inmenso odio al pelirrojo, pero ella no podía odiar a su mejor amigo. Incluso después de todos los daños.

¿Y qué vamos a decirle?. Preguntó ella mientras se acercaban hasta la casa.

Nada.

¿Nada?

¿Acaso te pones a jugar con la comida antes de llevártela a la boca?. Snape arqueó una ceja y abrió la puerta de la casa con suavidad.

No parecía haber nadie adentro, el escape seguro había dañado de más la estructura de la casa, que estaba llena de polvo. Nisiquiera la persona más creativa sería capaz de imaginar los horrores que habían ocurrido entre aquellas cuatro paredes.

Hermione entró sigilosa, cuidando a dónde pisaba y soltó un grito espantoso en cuanto llegó a la cocina. Severus la siguió poco después.

¿Qué...?

Si había algo que Hermione no esperaba ver ahí, era encontrar solamente el cuerpo de Ron colgando de la lámpara en mitad de la cocina.

En un momento que le pareció bastante borroso, se lanzó sobre los restos de su amigo.

¡Hermione, no! No sabes si esto es una trampa o...

Pero Hermione no escuchaba, su cerebro solo se aferraba al cuerpo, llorando con una fuerza incontrolable.

El resto de la Orden (o lo que quedaba de ella) había tardado pocas horas en llegar junto con los Aurores para llevarse los restos e investigar dentro de la casa.

Hermione seguía en shock, sentada en un tronco de árbol cerca de la destruida cabaña.

No puedo creer que de verdad lo haya hecho. Le dijo a Snape, que estaba sentado junto a ella.

Tal vez sabía que volveríamos por él.

Ginny no me lo va a perdonar nunca. Se lamentaba ella. Es mi culpa que ella perdiera a otro hermano.

No, no lo es. Snape le pasó la mano por el cabello, solo en la superficie, para no enredarlo más. Estaremos bien, esto es solo un trago amargo.

Hermione se recargó contra él, mirando a los Aurores trabajar y ansiando escuchar alguna noticia.

Él era mi amigo.

¡No lo era! Tu sabes lo que él te hizo, Hermione.

Hermione estaba herida, miró a Severus con rabia y se levantó,  dió la media vuelta y caminó hasta donde estaban Draco y el resto del grupo.

¿Por qué nunca conseguía solo ser feliz?

........

Notas: Lo prometido es deuda, hoy terminamos con esta historia. Aún no es el fin, pero está cerca.

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