𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐈

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Llevaban varios minutos caminando, Katsuki había vuelto a tomar su mano, la mano del cenizo era cálida. Se sentía bien tomar su mano y caminar a su lado.

Algunas miradas estaban puestas en ellos, pero Katsuki las ignoraba. Si Katsuki lo hacía, entonces él también tenía que intentar hacerlo.

Llegaron a un local de ropa, Katsuki entró con confianza mientras que Izuku estaba nervioso. Habían muchos kimonos y yukatas de diferentes colores, junto a varias telas.

La tienda se sentía cálida, por las paredes en rosa pastel y el suelo de madera de abeto.

—¡Cara redonda!

Se sobresaltó al escuchar ese nombre salir de la boca del cenizo, ¿a quién llamaba así?

—¡Bakugou te he dicho mil veces que no me llames así! 

De una puerta salió una chica de cabello castaño, mejillas redondas y ojos cafés, traía un yukata blanco con flores rosadas.

—No me importa, ¿tienes tiempo?

—Claro, me tratas mal todo el tiempo pero cuando necesitas un favor te comportas como todo un caballero, que tremendo cambio de palanca.

—¡Uraraka!

—¡Hay ya! Tengo algo de tiempo libre, ¿qué necesitas?

—Necesito que le hagas ropa, desde kimonos y yukatas en colores cálidos y fríos, no importa cuanto cueste.

La chica miró al acompañante de Katsuki y no pudo evitar sonrojarse, era lindo, pero por lo que podía ver de las manos es que era su prometido.

—No lo mires demasiado.

—No seas celoso Bakugou, déjame ir por mis herramientas y empezaré a trabajar —dijo volviendo a entrar por la misma puerta por la que había salido anteriormente.

—No es necesario Kacchan, con la ropa que tengo estoy bien.

—No trates de mentirme Deku, solo tienes dos cambios de ropa. No voy a dejar que mi esposo ande solamente con eso cuando puedo darle mucho más. Así que tu solamente espera a que la cara redonda vuelva y haz lo que ella te pida.

—¿Y tú dónde estarás? 

—Estaré esperándote por allá mientras mato el tiempo.

Izuku solamente asintió, lo que no esperaba es que el cenizo le diera un beso en la frente, sus mejillas se volvieron a sonrojar; últimamente se estaba sonrojando mucho con la presencia y las acciones de Katsuki.

Katsuki se apartó y le dio una ligera sonrisa, no era tan marcada, pero ahí estaba.

Estaba procesando lo que había ocurrido en tan solo unos cuantos segundos, hasta que la voz de Uraraka lo sacó del trance en el que se había metido.

—Acércate...

—Izuku —le dijo su nombre al verla pensando sobre como dirigirse a él.

—Izuku —sonrió.

El pecoso se acercó donde ella, tenía una cinta métrica en sus manos. Supuso que iba a sacar las medidas de su cuerpo para poder confeccionar la ropa sin ningún problema.

Mientras Izuku acataba las indicaciones de Uraraka, sobre como colocar los brazos o en que posición estar, la chica estaba emocionada. Cuando se dio cuenta de que Katsuki e Izuku estaban combinados tuvo una grandiosa idea.

Ella se encargaba de la ropa de Katsuki, y afortunadamente para ella, tenía en una hoja los colores que había seleccionado de los yukatas y kimonos junto a los obis que había hecho para él.

Arreglo Matrimonial ||KatsuDeku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora