Arreglo Matrimonial ||KatsuDeku||

𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨

—¡Zuzu!

Aquella vocesita cálida lo atrapó en el instante en que su nombre diminutivo fue pronunciado por sus pequeños labios.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo y se giró para ver aquella masita de cabellos gatear hacia él.

—¿Si?~ —preguntó cálidamente.

Aquel cuerpecito al estar frente a él se sentó y extendió sus brazos hacia el pecoso, el cual sonrió al ver eso.

—¡Zuzu, 'upa!

—¿'Upa? —preguntó divertido.

—¡'Upa!

—Muy bien —lo sostuvo en sus brazos y lo recargó contra su cuerpo.

Observó el cielo y se dio cuenta que los invitados no tardarían en llegar, desde hace dos años que había contraído matrimonio con Katsuki y todo era felicidad a su alrededor.

Sobre todo cuando ambos se enteraron que el pecoso estaba esperando un bebé.

Hikari era la luz de la pareja, en el momento en que Izuku lo tuvo en sus brazos fue uno de los días más felices. Ese día lloro como nunca al ver que Hikari era una copia exacta de su padre, aunque Denki trató de meter cizaña al decir que no era justo que él lo cargara en su vientre y se pareciera más Katsuki, no le tomó importancia.

Para él, que su hijo se pareciera al amor de su vida, era prueba del gran amor que ambos se profesaban.

El tacto de las manos pequeñas de Hikari en su rostro lo sacó de sus pensamientos.

—Zuzu, ¿papa?

—Ya casi llega Hikari, ¿lo extrañas?

—¡Hmm!

Izuku sonrió, para Hikari, Katsuki era su héroe. Era un niño amado por sus padres, desde que se enteraron de su existencia.

—¿Qué te parece si me acompañas a seguir preparando la comida mientras papá y tíos llegan?

—¡Hmm, Hii ayuda a Zuzu!

En respuesta Izuku besó su frente, se colocó un porteo en la espalda que Uraraka le regaló para Hikari y lo acomodó en él, para que así el niño pudiera observar todo lo que hacía sin exponerlo tan de cerca a la cocina.

—¡Zuzu, tomato! —señaló unos tomates que Izuku picaba.

—Así es bebé, tomates.

Hikari observaba con un brillo en sus ojos como cocinaba Izuku, aunque apenas tuviera 8 meses ya comprendía muchas cosas.

En algún momento Chiyo los visitó y revisó a Hikari, el cual a palabras de ella, sería un niño muy inteligente y el orgullo de ambos padres cuando creciera más.

Pero no era necesario que Hikari creciera y dotará sus habilidades para que ambos estuvieran orgullosos de él, porque ya lo estaban.

Justo cuando termino la comida escuché un Ya llegue, sonrió en su interior al escucharlo.

Incluso Hikari se emocionó al reconocer la voz de su padre. Tanto que quiso sacar sus brazos para extenderlos, como queriendo que Katsuki, aunque no estuviera ahí, lo cargara.

Izuku apagó el fuego y se encaminó hacia la entrada. Al llegar pudo ver a Katsuki colocándose su calzado de interior.

Cuando Katsuki se dio cuenta de que sus dos amores ya estaban frente a él esperandolo, no pudo evitar sonreír. Siempre verlos era una cura para su corazón y un enorme motivante para su vida.