𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐈𝐕

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Era increíble el lugar en donde trabajaba el cenizo. Quedó embelesado con todo lo que estaba viendo, la manera en la que el lugar estaba decorado era extraordinario.

Habían varias personas dentro, y cada que el cenizo pasaba a su lado le hacían una pequeña reverencia.

Aparentemente el cenizo era alguien importante en su trabajo.

Y más aparte, también le habían hecho una reverencia alguno de los subalternos que se encontraban ahí. Izuku no entendía porque, pero rápidamente lo entendió.

Era el futuro esposo de Katsuki Bakugou, claro que iba a ser alguien importante en el trabajo del cenizo. Con temor buscó la mano de Katsuki con la intención de entrelazar sus manos.

Aunque ya habían abierto sus sentimientos, todavía no hablaban con claridad de ello así como tampoco lo habían exteriorizado. Pero por alguna razón no se sentían incómodos el uno al lado del otro.

Por lo que rozó sus dedos con los del cenizo. Katsuki al sentir el roce rápidamente acogió la mano de Izuku con la suya, el pecoso sonrió cálidamente al sentir como la mano de Katsuki envolvía la suya.

Ante ellos llegó una mujer de cabello blanco y piel morena, esta tenía un traje especial de tonos blancos y morados. Le hizo una reverencia a ambos para después enderezarse, por alguna razón el pecoso le encontraba un ligero parecido con el cenizo.

—Buenos días Bakugou.

—Buenos días Usagiyama —respondió el saludo de vuelta.

La mujer al ver al pecoso a un lado le sonrió, Izuku se puso nervioso y casi, casi se escondía detrás del cenizo.

—Tu debes ser Midoriya, es un gusto conocerte por fin, eres como una aureola por estos lugares —comentó de manera espontanea.

Aquello tomó desprevenido al pecoso, no sabía que era alguien conocido en el trabajo del cenizo. Quiso preguntar el por qué pero nuevamente el nervio y pena lo invadió.

—Dónde esta el canario.

—Sigue con el debilucho de Shindo, Kirishima ya intentó que parara pero se niega. Ya sabes como es, y no es para menos, no ha parado de repetir que Midoriya se lo buscó —cruzó ambos brazos molesta.

—Bien, iré para allá con Deku, ve con Togata y Tamaiki, deben tener listo la carta que preparó Kirishima para la familia del bastardo.

—Entendido —se despidió de ambos para retirarse y dejarles el camino libre.

Katsuki retomó la caminata con Izuku aún sosteniendo su mano. La duda carcomía al pecoso, todos le hacían una reverencia al cenizo como si fuera alguien de la realeza, quería saber cuan importante era para llegar al grado de ser reverenciado en su lugar de trabajo.

—Oye Kacchan.

—Dime.

—¿Tu familia es alguien de la realeza?

—Algo así, un ancestro por parte del viejo derrotó a uno de los infames más peligrosos que llegó a pisar nuestra tierra, se llamaba All For One, causó terror por muchos años e incluso llegó a maltratar a su propio hermano. Kudou, el ancestro del viejo, se ganó el reconocimiento de todos y desde entonces mi familia ha sido respetada por él. La historia es mucho más extensa, si quieres puedo llevarte a la biblioteca, ahí tienen un libro que relata toda la historia sin omitir ningún detalle —propuso antes de entrar a una sala.

—Me encantaría —sonrió.

Justo al entrar vieron a Kirishima recargado en la pared, y a Denki dándole electrochoques al pelinegro.

—¿Ya vas a hablar o tengo que seguir? —preguntó serio.

Sin embargo Shindo estaba tan desorientado que sus ojos ya no tenían un punto fijo de hacia donde mirar.

—Si te hubieras detenido, tal vez no se vería tan... Curioso —comentó el cenizo.

—Como sea, lo único que dijo fue que la cabeza del plan fue alguien más, pero no tuvo los huevos suficientes para decir quien o quienes fueron —rezongó mientras le daba un golpe en la cabeza al pelinegro.

—Lo único que nos queda es llevar a cabo la condena correspondiente —habló el pelirrojo.

Denki entrecerró recordando momentos antes de que el pecoso se hubiera ido ese mismo día. Hasta que la imagen de la chica de cabellos verdes apareció en sus recuerdos, sabía que ella había tenido algo que ver. Pero necesitaba que el pecoso fuera sincero y dijera todo, de lo contrario, no podrían hacer nada contra ella.

—Izuku, necesito que seas sincero.

El pecoso tragó saliva nervioso.

—Esa chica que te pidió que fueras con ella, ¿tuvo algo que ver con todo esto?

Volteó a ver al cenizo en busca de ayuda, el cual simplemente apretó su mano dándole el apoyo que en ese momento sabía que necesitaba.

—Recuerda, nunca temas en hacer lo correcto sin importar el lazo familiar.

Izuku suspiró, Katsuki tenía razón. Sin importar si era su padrastro, su hermanastra o hasta su propia madre, si ellos habían intentado hacerle daño de cualquier manera, no podía quedarse impune.

La justicia tenía que perseguirlos.

—Setsuna es hija de mi padrastro, me dijo que mi madre estaba mal y me preocupe, la seguí hasta donde me llevó, cuando entramos a una habitación todo estaba oscuro hasta que Shindo me interceptó, me acorraló contra una mesa y cuando encendieron las luces pude verla a ella y a mi padrastro sonriendo. Dijeron que Shindo me haría cosas que harían que mi compromiso con Kacchan terminara, y que cuando pasara, Setsuna sería la nueva prometida de Kacchan y yo sería el esposo de Shindo, como lo habían planeado desde el principio. No se si mi madre sabía de esto —le costó hablar pero por fin lo dijo todo, ya no quería callar ni ocultar nada.

Katsuki acarició su cabeza para después abrazarlo, Izuku se acurrucó en su pecho reconfortándose en aquellos brazos que sabía que lo protegerían de cualquier o cualquiera que intentara hacerle daño, protegiéndolo del mal que acechaba a sus alrededores.

—Kirishima, inicia con la orden de captura en contra de Hisashi Midoriya y Setsuna Midoriya, quiero verlos encarcelados a más tardar en una hora. Canario, ve por Jirou para que dé su declaración por escrito, vayan por dos guerreros para que se lleven a este bastardo a uno de los calabozos.

—Entendido —dijeron ambos al unísono.

—Si tienes algún moretón o hematoma nos puede ayudar para que se dictamine con rapidez la condena —mencionó el rubio.

Izuku asintió, recordando los golpes que le llegó a dar el pelinegro.

—Bien, en dos horas te llevaré con la forense para que tome la evidencia necesaria.

Katsuki e Izuku salieron de aquella sala, el pecoso suspiró fuertemente, sentía que se había quitado un enorme peso de encima.

—Acompáñame Deku, hay alguien que quiere hablar contigo.

Izuku no sabía quien quería hablar con él, aunque fuera el prometido de Katsuki no se consideraba a sí mismo alguien importante, todavía.

Tenía una leve corazonada, algo le decía que toda su vida iba a cambiar, no sabía porque.

Queriendo tranquilizarse, tomó la mano de Katsuki el cual correspondió lo más rápido posible. Se sentía bien estar así con él.

Ambos llegaron a una sala, y antes de entrar, el pecoso habló.

—¿Quién quiere hablar conmigo Kacchan?

—Una persona que fue cercana a tu padre, Aizawa Shota.

Arreglo Matrimonial ||KatsuDeku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora