𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈

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Muchas veces se preguntó cuál sería el propósito de su vida. Si viviría siendo un criado de su propia familia, o si viviría como en los cuentos que su padre le contaba.

O si su vida tendría algún fin y se terminaría todo su sufrimiento.

Claro que nunca fue partidario de esas cosas, pero de vez en cuando ese pensamiento llegaba a su cabeza.

Pero ahora estaba ahí, hablando con alguien que fue cercano a su padre en el pasado, disfrutando de una taza de té sin la necesidad de preguntar si se le ofrecía algo más antes de retirarse.

Se sentía bien.

—Entonces Izuku, ¿han pensado en tener hijos?

O bueno, hasta ese momento.

Justo estaba bebiendo de su taza, por lo tosió ante aquella pregunta. La había recibido de golpe.

¿Hijos, con Katsuki? Es verdad que antes había hablado de niños con Denki en algún momento, y justo también Aizawa había mencionado que los hijos que él tuviera heredarían el don de su padre.

—Oye tranquilo.

—¿Cómo que hijos?

—Pues, los hijos que tendrás con Bakugou en su momento, ¿de qué otros hijos puedo estar hablando? Los de Kaminari y Kirishima no creo.

Izuku tragó saliva nervioso, hasta donde él tenía conocimiento los hombres no podían quedar embarazados, solo las mujeres. ¿O es qué acaso Katsuki planeaba utilizar el vientre de una mujer?

Sus ojos se hicieron pequeños y su cara se puso pálida, no, claro que no. La sola idea de una mujer embarazada de Katsuki lo hacía sentir mal. Un manto vidrioso cubrió sus ojos, las lágrimas amenazaban con salir.

Aizawa al ver eso no entendió la razón de aquella reacción, para él era normal que se dieran ese tipo de pláticas entre conocidos.

A menos qué...

—Alto, ¿Bakugou no ha hablado contigo sobre el don de fertilidad?

—¿Don de fertilidad?

—Aparentemente no.

—No entiendo, se supone que Kacchan y yo somos hombres, no podemos tener hijos —su voz salió lastimera.

Muy en el fondo, la idea de tener un bebé de Katsuki no le sabía mal. Pero era consciente de la realidad.

Aizawa negó con la cabeza mientras frotaba una de sus manos en su rostro.

—Jóvenes.

—¿Eh?

—Tal parece que no te han contado sobre el don de fertilidad. En resumen, existe una persona en el centro curativo la cual posee un don de fertilidad, es capaz de hacer que los hombres puedan tener un bebé, así como también a las mujeres que tienen problemas con su fertilidad. Todos los matrimonios de un mismo género acuden con ella cuando quieren tener un bebé. Se suponía que Bakugou te hablaría de eso, pero ya veo que no lo hizo. Me imagino que fue por todo lo que ha pasado.

El pecoso se quedó callado por un momento, analizando lo que el pelinegro le estaba diciendo. Un don de fertilidad capaz de cumplirle el sueño a aquellas personas que por cuestiones de salud o género no podían tener la dicha de tener un bebé. Aquello lo hizo feliz.

Estaba divagando hasta que una idea invadió sus pensamientos de golpe. 

Los bebés se hacían de cierta forma específica, ó sea que él y Katsuki tendrían que...

El sonrojo invadió sus mejillas y rápidamente se cubrió todo el rostro con sus manos. Aizawa sonrió al ver aquella reacción, tenía una idea de lo que el pecoso había estado pensando, era normal. Después de todo eran experiencias que como pareja tendrían que vivir en algún momento de su vida.

Arreglo Matrimonial ||KatsuDeku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora