Katsuki detestaba la parte de su vida en la que tenía que contraer matrimonio con alguien para poder tener un heredero en la familia Bakugou.
Si él pudiera, elegiría a algún aprendiz de su lugar de trabajo y lo entrenaría para ser como él, pero su madre lo tenía amenazado, por lo que en múltiples ocasiones había tenido propuestas de matrimonios con chicos y chicas.
¿El problema? Todos iban en busca de riqueza y poder, al momento de que pisaban su morada exigían poder y joyas, detalles que alguien como él no iba a tolerar.
Por lo que todas sus propuestas habían salido mal o fracasado, su querida madre le advirtió qué ese sería su última propuesta de matrimonio, de volver a fracasar habrían graves problemas.
Al ver a aquel pecoso frente él, tan sumiso y tímido, lo hizo replantearse varias cosas. Una, todos los que llegaban siempre tenían una postura altanera, este chico no, su semblante le decía que era o alguien obediente, o que no tenía ni puta idea de lo que estaba haciendo.
Katsuki quería creer que se trataba de la primera.
Segunda, el chico no tenía ni idea de que decirle o hacer, permanecía callado, como si esperara que le diera alguna orden.
Al ver que el chico no iba a decir nada, decidió hablar él.
—Así que eres Midoriya Izuku.
El pecoso asintió.
—Mi prometido.
Pudo ver un sonrojo en las mejillas pecosas de su prometido, el cual solamente volvió a asentir.
—Bien esto es así, seguirás todas mis ordenes. Si te digo te vas, te vas. Si te digo que vengas, vienes. Si te digo que te quedes en algún lugar, te quedas en ese lugar. Si me desobedeces, tendremos problemas, ¿entendido Deku?
Pesé al extraño apodo, Izuku no hizo ningún gesto.
—Entendido.
Katsuki al escuchar eso, abrió un poco sus ojos sorprendido, era el primero que no repelaba sus indicaciones.
"¿Quién es este chico?"
Se produjo un silencio que pese a no ser incomodo, era algo molesto, eso hasta que un gruñido lo rompió. Pronto Izuku se sonrojó, puesto que había sido su estomago el que había emitido tal sonido.
—¿Tienes hambre?
Izuku quiso negarse, pero no pudo evitarlo, tenía demasiada hambre. Con pena asintió.
—Llévalo a la cocina Chiyo y prepárale algo de comer.
—Claro que sí, ¿comerás tú?
Katsuki negó.
—Bien, vamos Izuku —le dio una sonrisa.
Izuku hizo una reverencia para despedirse, se iba a retirar de la misma manera en la que había entrado hasta que la voz de Katsuki lo detuvo.
—No tienes porque reverenciarme ni estar en esa posición, no eres un criado; eres mi prometido.
El sonrojó qué invadió las mejillas pecosas de Izuku había sido el más notorio hasta ese momento, se despidió de él y salió junto a Chiyo de aquella habitación.
Katsuki tenía un presentimiento, ni bueno ni malo, era neutro. Algo le decía que aquel matrimonio sería la mejor opción que ha tenido hasta el momento.
Chiyo picaba algunas verduras y las metía en una pequeña cacerola, en la cual estaba preparando una sopa de verduras y pollo.
Izuku estaba sentado en un cojín qué se encontraba ahí, Chiyo le había prohibido ayudarla en la cocina debido a que era el prometido de Bakugou.
Se sentía algo raro, no un inútil porque prácticamente Chiyo le había negado la ayuda, pero sí extraño. Ya que él siempre era el que preparaba las cosas, no alguien más por él.
Pero se sentía mal de igual manera con solo ver y no acercarse a ayudarla.
—Em.
—¿Sucede algo?
—Bueno, ¿ustedes son los únicos que viven aquí?
—Solamente el señor Bakugou, yo tengo mi propia casa pero vengo desde las mañanas para ayudarlo con algunas cosas del hogar. Cuando ocupó el lugar de la señora Bakugou en el trabajo decidió vivir solo, antes vivía en la mansión Bakugou junto a sus padres —meneó la sopa con una cuchara de madera.
—¿O sea que usted se irá y volverá por la mañana?
Chiyo asintió.
Izuku pasó saliva nervioso, eso significaba que se quedaría solo con Katsuki. Aunque no tenía porque ponerse nervioso, después de todo era su futuro esposo.
—No te preocupes, Bakugou tiene su propia habitación y tu tendrás la tuya, eso hasta que se casen formalmente —le dio una sonrisa cálida.
—¿Usted conoce desde hace mucho al señor Bakugou?
—Desde que era un bebe, fui quien más estuvo con él cuando la señora y el señor Bakugou estaban ocupados para poder estar con él, cuando decidió vivir solo me pidió de favor si podía ayudarlo con las labores de la casa mientras él trabajaba. No me pude negar, y desde entonces he estado con él, es por eso que lo llamó por su apellido, por los años que he estado a sus servicios.
—Entiendo, es usted como su segunda madre.
—Podría decirse que sí, pero el título de madre lo tiene la señora Bakugou, pese a no haber estado mucho con él, siempre veló por su seguridad y comodidad. Cuando podía iba a su cuarto para estar con él a pesar de ya estar dormido, la señora Bakugou lo quiere mucho, algún día la conocerás.
Izuku asintió con el nerviosismo a flote, qué ahora le dijeran que puede llegar a conocer a su suegra lo ponía más nervioso.
Chiyo apagó el caldero y sirvió en un plato hondo algo de sopa, lo colocó en la pequeña mesa donde estaba sentado Izuku. Algo que lo tranquilizaba, es que el espacio de la cocina parecía más como una habitación, no tenía paredes de piedra o algo por el estilo.
Parecía una cocina de la realeza.
Izuku dudó mucho en tomar los palillos para poder comer, sentía que no era merecedor de un plato tan abastecido y completo. La carne se veía jugosa, y las verduras tenían pinta de estar perfectas para masticar y complacer su paladar.
Pero nuevamente, el sentimiento de que no era merecedor ahí estaba.
—Puedes comer sin ningún problema, como ya te dije antes, serás Bakugou Izuku en un tiempo, tienes derecho a esto y más.
Izuku tomó algo de confianza al oír eso, tomó los palillos y con algo de pena se llevó algo de carne a su boca. El sabor de la carne rápidamente lo hizo sentir placer, ¿hace cuanto que no probaba algo así?
—Gracias por la comida —agradeció después de pasar el primer bocado, mirando a Chiyo.
Y Chiyo lo miró con una sonrisa.
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Arreglo Matrimonial ||KatsuDeku||
FanfictionLa vida de Izuku cambia por una simple noticia; es el prometido de Bakugou Katsuki.