—Muy bien Izuku, veo que estas acostumbrado a tener tus brazos a los costados. Si los dejas así en el baile será una señal para los demás que el baile te parece aburrido y que no es de tu interés. Debes colocarlos así —cruzó sus brazos metiendo sus manos entre las mangas —. O así —descruzó los brazos para después cruzarlos por en frente colocando una muñeca encima de la otra.
—¿Cuál usas tu normalmente? —preguntó curioso mientras veía sus propios brazos.
—Esta —los colocó de la primera forma —. Me es más cómodo, al menos para mi, la segunda la suelen usar mucho las mujeres.
Los cruzó tal cual los tenía Denki y no mentía, era cómodo, las mangas del yukata cargaban con el peso de sus brazos pero no llegaba al punto de que se viera mal.
—Perfecto. Ahora, dado que eres el prometido de Bakugou por obviedad tendrás que estar a su lado todo el tiempo. Como no estas casado todavía con él deberás presentarte con tu apellido, cuando te cases con él deberás presentarte por su apellido. ¿Cuál es tu apellido?
—Midoriya.
—Bien, por ahora serás Midoriya Izuku, cuando te cases con él, te presentarás como Bakugou Izuku, ¿entendido?
Izuku solamente asintió. Le gustaba mucho como el rubio estaba llevando las cosas, le explicaba todo a detalle y si tenía alguna duda no se molestaba en responderle. Es más, hasta parecía encantado de explicar las cosas más de una vez.
—Muy bien, ahora pasaremos a la sección de cubiertos. Muéstrame como sueles agarrar las cosas —señaló en la mesa palillos cucharas, vasos, tenedores, copas y un montón de cosas más.
Al principio tenía miedo, temía agarrarlos mal y que el rubio lo reprendiera. Acercó su mano pero la dejo suspendida en el aire por el miedo.
Denki al ver eso solamente sonrió comprensivo, por lo que le había explicado Kirishima, entendía porque el pecoso estaba tan nervioso.
Temía hacer algo mal y que recibiera un regaño.
—Si te equivocas no te preocupes, por algo estoy yo aquí. Esta bien que lo hagas, así puedes aprender e incluso ayudar a más personas. Te diré algo; si halagas a alguien por cualquier nimiedad, ese alguien creerá que es perfecto en todo y que cualquier error que tenga, será justificado. Estarías creando a alguien arrogante y narcisista, en vez de a alguien que realmente vale la pena ayudar.
Inconscientemente pensó en Setsuna, desde que tiene memoria, por cualquier cosa le dieron elogios, si aprendió a mandar, a manejar a todos a su antojo, todo era motivo de celebración.
Y cada que hacía algo mal siempre lo culpaban a él, qué ella no podía ser objeto de fracaso porque ella era la perfección misma.
Solamente porque ella si obtuvo un don y él no.
Se dio valor a si mismo y agarro los cubiertos como normalmente lo hacía.
Con cada uno Denki lo ayudó, le enseñó con paciencia como se sostenía cada cosa y como era la manera correcta de sostener copas o tazas.
Al menos en un baile o cualquier otro evento de nobleza.
Después de eso tomaron un descanso e hicieron algo de comer para ellos dos.
Sorpresivamente Denki también quiso ayudar y parecía todo un experto. Como si lo hiciera todos los días.
Ambos se pusieron a comer y comenzaron a platicar, Denki no actuaba extraño ni nada por el estilo. Lo trataba como alguien completamente ordinario.
—¿Cómo conociste a Kirishima?
—Es una historia algo graciosa, cuando mi madre estaba viva cayó en una enfermedad y tuve que salir adelante por los dos teniendo dos trabajos. En uno de esos trabajos me tocó doblar tiempo y cubrí a uno de mis compañeros, justo esa noche me habían pagado y por fin obtuve dinero para poder comprar las cosas que necesitaba para curar a mi madre, pero me intentaron asaltar. En ese tiempo aun no dominaba mi don así que no pude defenderme, hasta que Kirishima llegó y me salvó, pensé que también era un ladrón y empecé a golpearlo con mi bolso hasta que por accidente lo electrocute. Cayó desmayado pero después recobro la conciencia, de ahí en adelante me ayudo con la enfermedad de mi madre e incluso me ofreció trabajar en la agencia de Bakugou.
Izuku se permitió reír un poco al escuchar el relato, en su cabeza las imágenes de un Kirishima electrocutado pasaron rápidamente.
—En su trabajo conocí a varios amigos, una de ellas, Kyoka Jirou, me enseñó lo que hoy te enseño a ti. Y supe que esa era mi vocación, aunque ya se dominar bien mi don, prefiero ayudar a los demás de esta manera.
—Eso es grandioso Denki —le sonrió sincero.
—Hablando de dones, ¿Cuál es el tuyo Izuku? —preguntó emocionado por querer saber.
La sonrisa de Izuku desapareció al escuchar esa pregunta, es verdad, no le había dicho a Denki sobre eso. No quería saber su reacción al saber que estaba frente a un quirkless.
Denki al ver el rostro de Izuku supo que había hecho mal en preguntar, pero la emoción le había ganado.
—Perdona, no debí preguntar.
—No, esta bien, es solo que...
Podía ver que le costaba, no lo quería presionar, a pesar de que había sido tan poco el tiempo que llevaba conviviendo con él ya lo estimaba. Kirishima le había contado todo lo que la familia de Izuku le había hecho, a palabras de Katsuki.
Le molestó saber como había sido tratado, con el simple hecho de saber que utilizaban a Izuku como ellos querían fue suficiente para ofrecer su ayuda sin pedir nada a cambio.
Izuku lo necesitaba, como si fuera un hermano mayor.
Le gustaba que Izuku hubiera llegado a la vida de Katsuki, estaba seguro de que él sabría tratarlo como merece.
Tomó sus manos en signo de confianza y comprensión, Izuku lo observó, parecía que estaba a punto de llorar. Le sonrió, mostrándole que estaba bien, y que si quería llorar podía hacerlo.
Entonces Izuku le contó su secreto, apenado.
Más no espero el abrazo que le dio Denki ni las palabras que le dio.
—Qué no tengas don no significa que no sirvas para nada. Vale mucho más lo que puedes hacer sin la ayuda de un don, las cualidades que debes tener no deben ser en base a un poder, sino a lo que eres como persona. Vales mucho Izuku, y no necesitas un don para demostrar que puedes ser alguien importante.
Izuku se permitió llorar en el hombro de Denki, era la primera vez que alguien le decía ese tipo de palabras.
Muchas veces sus padres y Setsuna le habían dicho que nunca sería alguien por no tener un don.
Pero estaban equivocados, Denki tenía razón.
No necesitaba de un don para demostrar su valía como persona.
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