Ella duda que él la ame de verdad, ya que él fue el encargado de romper su corazón y toda posibilidad alguna de ser algo más. Todo cambia cuando él se da cuenta de que era ella, ella era aquello que estuvo buscando sin descansar vida tras vida, su m...
Los finos rayos del Sol se filtran por el tragaluz del invernadero golpeando de lleno mi rostro, un picor cálido se instala en mi piel y este me hace contraer la nariz involuntariamente, una vez más me había quedado dormida y no precisamente en mi habitación. Afuera las horas corren como un niño travieso mientras estoy aquí adentro, pero para mí es como si el tiempo detuviera su cauce y solo existiéramos yo y las flores con su dulce aroma.
Me levanto de la pequeña hamaca instalada por mi padre, no hace mucho, me conoce bien y sabe que me quedo dormida en cualquier parte que corra la brisa fresca, uno de mis libros favoritos rueda de mi regazo hasta los adoquines de piedra del suelo. Este se cierra en el proceso dejando ver su tapa de pasta blanda "Entre rosas y espinas" Dahee lo consiguió en su anterior viaje en una de las librerías del pueblo y me lo dio como presente de cumpleaños. Una de las cosas que hay que reconocerle a los humanos son sus buenos libros, te atrapan y te sumergen en disímiles mundos fantásticos.
A través de las páginas de un libro puedo viajar a lugares incontables, aun sin salir de las comodidades de mi hogar. A penas he leído la mitad de la gran obra maestra, pero aun así, en cada letra que leo me siento encarnada en la protagonista, como si pudiera ver a través de los ojos de ella, las emociones que trasmite la escritora se perciben muy vívidas, una princesa del lejano oriente que se la pasa soñando despierta con encontrar el amor verdadero hasta que su padre la compromete en matrimonio con un vil rey de tierras extranjeras, resignada a su destino cumple con el arreglo sin saber que terminaría perdidamente enamorada de alguien que aparenta no tener corazón, a duras penas comprenderá que el concepto de amor no era el que creía, el amor es tan bello como una rosa, pero este siempre poseerá espinas.
- ¡Aquí estás pequeñaja! - mi padre hace una entrada triunfal mientras yo le devuelvo la sonrisa y recojo mi preciado libro - Todo el personal de servicio estuvo buscándote cuando te fueron a despertar en la mañana y no te encontraron en tu recámara, ya sabía yo que te habías de encontrar por estos lares.
- Lo siento, me quede dormida - él me lanza una mirada burlona y solo puedo rodar los ojos - Sí de nuevo, por quinta vez en lo que va de semana.
Niega divertido con la cabeza a la vez que sus pasos toman rumbo a los rosales de mamá. Me costó mucho que cobraran vida después de que se marchitaran.
- Han florecido nuevamente - hago un pequeño sonido afirmativo mientras veo como sus dedos juegan con los pétalos rojos de la flor.
Su aroma es exquisito, me recuerda mucho a el de mi madre, me dejaba embargar por este cuando ella me contaba cuentos para dormir mientras me acariciaba el cabello y yo ponía el oído en su gigante panza, la cual cargaba al granuja de mi hermano. Luego de su muerte la planta se disecó por completo, fue un milagro que resurgiera.
