Ella duda que él la ame de verdad, ya que él fue el encargado de romper su corazón y toda posibilidad alguna de ser algo más. Todo cambia cuando él se da cuenta de que era ella, ella era aquello que estuvo buscando sin descansar vida tras vida, su m...
Como una flecha lanzada a gran velocidad, corría la alfa entre la vegetación del bosque. Las huellas de sus patas chocaban bruscamente contra el suelo cubierto por un manto de hojas secas.
Su corazón latía desmesuradamente por la carrera que emprendía y sus pulmones ardían por el esfuerzo, a pesar de contar con la condición de alfa querer recorrer semejante distancia en tan corto período de tiempo era mucho esfuerzo y sin duda alguna una proeza que logró realizar.
Su cabeza era un caos de incertidumbre y variabilidades. No tenía nada claro o concreto, pero si de una cosa estaba segura era que lo quería a él, quería a su mate. Le resultaba abrumador que fuesen de la misma clase, pero aun así el vínculo era igual que cualquier otro, ella lo sentía como suyo y él la sentía como suya. Su rechazó no era hacia él, ni a su relación, y en sí no era siquiera un rechazo, era temor.
Temía con toda su alma que él sufriera por su causa. No era la primera vez que ambos amantes se veían a la cara, ella lo conocía desde pequeña aunque nunca pensó que él fuera su pareja, cuando se manifestó como alfa a temprana edad no sintió ningún vínculo con alguien de la manada. No sentía que ningún ser de la manada Han fuera su complemento, llegó hasta pensar que no había nacido o tal vez no tenía destinado, había casos de lobos los cuales no tenían mate, pero se negó a aceptar eso.
En su subconsciente se obligaba a creer que tal vez si no había encontrado todo este tiempo a su pareja en su manada era porque este no estaba allí, tal vez fuera un humano y con ese pensamiento se vio impulsada a implorarle a su tío el alfa permiso de irse a la gran ciudad en búsqueda de su mate. Su tío, el cual había perdido hace tiempo a su luna, la comprendió en sentimiento y le dio vía libre en su búsqueda, la cual cada vez iba más a paso de caracol encima de una tortuga.
Ya habían pasado varios años y nada había obtenido. Su identidad falsa para mezclarse entre los humanos y su gran esfuerzo por relacionarse con estos no le sirvió de nada. Su mate no era un humano y esto la hacía perder la poca fe con la que contaba. Solo quedaba una opción, la cual ni siquiera se podía contar como tal y era que su mate perteneciera al bosque Stein. ¡Maldita suerte! Se sentenció a no poderlo encontrar nunca, eso hasta que volvió nuevamente a su manada de origen y tras la búsqueda de su revoltoso primo menor lo encontró a él, su mate, Kim Namjoon, la vergüenza del Clan Kim y prácticamente de toda la manada Han.
Ella, a pesar de estar lejos de la manada, sabía todo lo que sucedía en ella desde su ausencia. Nam había sido obligado a entrenar para ser un alfa desde muy pequeño, aun cuando se desconocía su clase, sus padres daban por sentado de que sería un alfa. Nada mejor que su hijo primogénito fuera de esa clase superior y llevará con orgullo el mandato de su Clan. Sin embargo, a Nam no le movían esos deseos ambiciosos, y el hecho de que su presentación se haya retardado años de más hizo enojar más a sus padres. Toda la sociedad podrida del Clan Kim lo denigraba por no cumplir con las expectativas de su "destino" inmediatamente se convirtió en la oveja negra del Clan y aun cuando este más tarde se convirtió en alfa lo siguieron rechazando como tal.
