Ella duda que él la ame de verdad, ya que él fue el encargado de romper su corazón y toda posibilidad alguna de ser algo más. Todo cambia cuando él se da cuenta de que era ella, ella era aquello que estuvo buscando sin descansar vida tras vida, su m...
Grande fue la sorpresa de Jeon Jungkook al ver después de tantos años a su prima Jeon Dahee, pero ni de esta forma tan repentina e inusual. Jeon Dahee era una alfa, se presentó desde temprana edad, demostrando su gran capacidad y astucia, era una pequeña niña intrépida que podía cargar diez veces su peso, razón por la cual en cuanto se presentó empezó a tener los rigurosos entrenamientos correspondientes para un alfa y sobre todo para un alfa del clan Jeon.
Era un alma libre, no le gustaba estar atada a responsabilidades u obligaciones que no fueran más allá de su cargo, poco afectiva y de cierta manera asocial, se recluía en lo más intrincado del bosque Han para realizar sus pesados entrenamientos de más está decir que a solas, cuando cumplió la mayoría de edad le suplicó a su tío que la enviara a la gran ciudad con la escusa de que le sería más útil allá que en la manada.
Desde ese día hasta la actualidad había llovido mucho, aunque tres años pasan corriendo cuando vives en una ciudad con una vida tan agitada.
Pero lo único que le cabía como pensamiento en esos momentos a la mente de Jungkook era que Jeon Dahee odiaba el contacto físico por más mínimo que fuera ¿Cómo era posible que ahora estuviera tirada en cima de uno de sus mejores amigos? Literalmente echada encima de él como un perro olisqueando su cuello. Lo cual era más que raro ¿Un alfa olfateando a otro alfa? Pues era muy fuera de lo normal, los alfas tienen aromas fuertes y narices muy sensibles, hecho que da que les disguste el olor de otro de su misma clase.
Sin embargo, Dahee andaba como loca poseída embelesada con el olor a nueces del alfa Kim Namjoon y este no parecía nada incómodo en lo absoluto con la presencia de la alfa encima de él.
── Dahee me podrías explicar ¿Por qué diablos entras así? O mejor dicho, ¿Por qué estás encima de Nam? ── esta no le hizo el mínimo caso o se dignó tan siquiera en responderle, solo se dedicó a restregar su nariz en el cuello del alfa ── ¡Podrías quitarte de encima de él, lo estás literalmente aplastando!
Dahee reaccionó a los gritos de Jungkook, separando levemente su cabeza del hueco del cuello de Namjoon. Un suspiro salió de sus labios y con los ojos cerrados intento calmar a su lobo, el cual le pedía a gruñidos órdenes que le eran imposibles de acatar. Abriendo de a poco sus párpados se reveló el estado de sus pupilas, ambos orbes de un color dorado intenso que conectaban la mirada con los ojos del alfa Kim, que eran del mismo color, solo que un tono más claro, pero ambos se encontraban en el mismo estado.
Era esto ¿Acaso posible?. Dahee no quería saber la respuesta ni quedarse para adivinarlo. Sí, era un error, tenía que serlo, eso mismo se empezaba a recitar ella misma como si de un mantra se tratase. Haciendo un esfuerzo sobrenatural, Dahee controló a su lobo apagando por completo el color de sus ojos, pasándolos por unos de color café.
