Ella duda que él la ame de verdad, ya que él fue el encargado de romper su corazón y toda posibilidad alguna de ser algo más. Todo cambia cuando él se da cuenta de que era ella, ella era aquello que estuvo buscando sin descansar vida tras vida, su m...
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│Clan Kim verano│
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──¡¿Qué no es imbécil?! ¡Es el mayor estúpido que pueda pisar la faz de la tierra! ¡Lo traeré aquí, a arrastres si es necesario y la tendrá que aceptar! ¡Quiera o no! ── Cha sin duda alguna había perdido los estribos, la mínima paciencia o gota de cordura, con la que contaba hasta el momento, se había ido por el caño del desagüe.
En su mente era obvio el hecho de que él la había rechazado, y si alguna vez había pensado lo contrario cuando eran infantes en la actualidad, estaba más que seguro de que era así. Él la odiaba y se encargaba de hacérselo saber a cada rato, la atormentaba, acechaba y humillaba cuanto podía.
Que fueran destinados solo empeoraba las cosas, él la renegaría tal y como ha hecho hasta ahora. Y las grandes consecuencias de eso las sufriría su pequeña, aunque está de demás decir que ya las está sufriendo.
──¡Calma Eunwoo!, las cosas no son así como piensas. El lobo de Jungkook ahora mismo se está volviendo loco al saber el estado de su mate, tratando de luchar contra los alfas de más alto nivel de la manada con tal de estar al lado de ella. Él ha sido el que me hirió y si no me lo quitan de encima me hubiese matado.
Las palabras del alfa Jeon conmocionaron a todos los presentes menos a la abuela Kim. Ella lo sabía de antemano, lo tenía muy claro, él no la rechazaría, no después de haber esperado 9 vidas para reencontrarse. Keisha y Joe estaban destinados a amarse una vez más después de tanto tiempo.
──No fue el alfa, fue ella ── dictaminó la abuela Kim luego de que el líder Jeon expusiera el terrible altercado ante todos los presentes lugar.
Un grito de dolor hizo eco entre las finas paredes hechas de hojas de aquel sanatorio. En la precaria camilla estaba retorciéndose del dolor la pequeña omega moribunda.
──¿Ella... lo está... rechazando? ── a duras penas esas palabras pudieron salir de la boca de su progenitor, no se lo creía, no podía ser cierto.
De ser así, ella moriría sin remedio alguno. Su pequeña se marcharía de esta tierra dejando un enorme vacío inllevable y él no podía hacer nada para impedirlo.
──¿No hay nada que se pueda hacer? ── preguntó el alfa Jeon buscando cualquier solución por más descabellada que pareciese.
Mientras la omega sufría de fuertes sudoraciones, contrayendo su cuerpo y tiritando de frío. Los esfuerzos por elevar su temperatura eran en vanos. Su parte humana luchaba con la animal. Ninguna de las dos aceptaría la decisión de la otra.
