Ella duda que él la ame de verdad, ya que él fue el encargado de romper su corazón y toda posibilidad alguna de ser algo más. Todo cambia cuando él se da cuenta de que era ella, ella era aquello que estuvo buscando sin descansar vida tras vida, su m...
│Clan Cha verano│ • ─────────── 🌙 ─────────── • │Cha Kira │ • ─────────── 🐿 ─────────── •
Sus estúpidas palabras de posesividad aún retumban en el interior de mi cabeza, mi cuerpo entró en un estado de rigidez, las manos me empezaron a sudar y un nudo que me impedía hablar o siquiera pasar saliva se me formó en mi garganta. Con las cuencas de los ojos bien abiertas, negándome a aceptar esta falacia, busco consuelo en la mirada de mi padre, pero él no dice nada, solo se dedica a mirarme, lleno de tristeza, su olor me hace saber que él sufre conmigo.
Mi padre siempre ha sido mi compañero de juegos, el confidente de mis secretos, mi paño de lágrimas y el causante de mis sonrisas cuando todo va mal. Él más que nadie sabe el dolor y el odio que manifiesto hacia ese saco de pulgas que ahora dice ser mi dueño, él se encargó de hacer menos notable el vacío y el daño que me hizo Jeon Jungkook y ahora que busco que él desmienta las falacias de este ser repulsivo su asentimiento de cabeza me dictaminó la realidad.
── ¡Es una jodida broma! ¡¿No?! ── y sí entro en pánico, mis pasos erráticos hacen lo posible por alejarme de él hasta que derrotada caigo en el suelo de mi habitación.
La luna se debe estar mofando de mí ¡¿Por qué ella me encadena a la persona que más odio?! Esto es mil veces peor que las estúpidas pesadillas en la cuales soñaba que me presentaría como alfa.
── Cariño... tranquila ── mi padre apresuradamente se había acercado a mí intentando aplacar mis gritos mezclados con sollozos y un sin fin de lágrimas ── V-vamos princesa... respira conmigo ¿Sí?
Y lo intentaba ¡Joder! Lo juro que lo intentaba, pero ¿Cómo podía estar en calma si mi vida era como un barco a la deriva en plena tormenta?. Mis ojos volvieron a recaer en él, me helaba su mirada fría y llena de odio. Su olor fuerte era un claro aviso que estaba más que enojado y la enojada debería de ser yo.
A rastras me deslicé hasta mi escritorio y cogí en mis manos un pequeño espejo que usaba ocasionalmente para maquillarme. No lo creía más bien me negaría a creerlo hasta mirarlo con mis propios ojos. El reflejo de la superficie pulida me horrorizó. No había duda, era una marca.
── ¿Cómo... te atreviste a hacerme esto Jeon? ── la situación ya me superaba, las lágrimas se desbordaban de mis ojos como si su cause fueran mis mejillas.
── ¡No te iba a dejar morir! ¡¿No puedes entender eso?! ¡No podía perderte!
── Hija... la marca... era necesaria ── la voz de mi padre temblaba al hablar como si fuera a quebrarse ── Ibas a morir princesa.
