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    Un giro brusco me despertó

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    Un giro brusco me despertó. Todo estaba raro y apenas podía recordar. Sentía como si mi mundo hubiera tenido un giro de la nada. La cabeza me dolía y me ardían los ojos.

—Quizá los militares lo derriben —oí la voz de Grover, parecía incluso esperanzado.

—Los militares deben de creer que es uno de los suyos —oí la voz de Percy, (¿En qué momento había llegado?) —. ¿Cómo se las arregla el General para utilizar mortales?

—Son mercenarios —repuso Zoë con amargura—. Es repulsivo, pero muchos
mortales son capaces de luchar por cualquier causa con tal de que les paguen.

Fui a hacer un movimiento brusco, pero mi cuerpo no respondió. Logré levantar la cabeza rápidamente, solo para darme cuenta que la había reposado en el hombro de Thalia.

Oí el sonido de un helicóptero seguía aproximándose. A aquel paso acabarían batiendo una marca mundial, mientras que nosotros, con el tráfico de Washington, lo teníamos más difícil.

Thalia cerró los ojos y se puso a rezar.

—Eh, papá. Un rayo nos iría de perlas ahora mismo. Por favor.

Pero el cielo permaneció gris y cubierto de nubes cargadas de aguanieves.  Ni unsolo indicio de una buena tormenta.

—¡Allí! —señaló Bianca—. ¡En ese aparcamiento!

—Quedaremos acorralados —dijo Zoë.

—Confía en mí —respondió Bianca.

Zoë cruzó dos carriles y se metió en el aparcamiento de un centro comercial en la
orilla sur del río. Salimos de la furgoneta y bajamos unas escaleras, siguiendo a Bianca.

Yo no sabía que había pasado o que estaba pasando, mis pensamientos eran más confusos que la cronología de Five Nights at Freddy's

—Es una boca del metro —informó—. Vayamos al sur. A Alexandria.

—Cualquier dirección es buena —asintió Thalia.

Compramos los billetes y cruzamos los torniquetes, mirando hacia atrás por si nos
seguían. Unos minutos más tarde,estábamos a bordo de un tren que se dirigía al sur,lejos de la capital. Cuando salió al exterior, vimos el helicóptero volando en círculo mi sobre el aparcamiento. No nos seguían.

Grover dio un suspiro.

—Suerte que te has acordado del metro, Bianca.

Ella pareció halagada.

—Sí, bueno... Me fijé en esta estación cuando pasamos por aquí el verano pasado. Recuerdo que me llamó la atención porque no existía cuando Nico y yo vivíamos en
Washington.

Grover frunció el entrecejo.

—¿Nueva, dices? Esa estación parecía muy vieja.

—¿Parecía? —Susurré para mí misma, pero Percy me miró por el rabillo del ojo —Esto debe de tener ochenta años.

²RADIOACTIVE (HP&PJO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora