Sentí que la pierna herida me fallaba, haciendo que cayera de bruces. Solté la copa del torneo de los Tres Magos.
Con razón Apolo había estado tan cercano últimamente, tenía un plan para matarme en el mundo mágico y que la responsabilidad no fuera de él.
—¿Dónde putas madres estamos? —pregunté, sobandome la cabeza.
Cedric sacudió la cabeza. Se levantó, me ayudó a levantarme y los dos miramos alrededor.
Habíamos abandonado los terrenos de Hogwarts. Era evidente que habíamos viajado muchos kilómetros, porque ni siquiera se veían las montañas que rodeaban el castillo.
Se hallaban en el cementerio oscuro y descuidado de una pequeña iglesia, cuya
silueta se podía ver tras un tejo grande que tenían a la derecha. A la izquierda se alzaba una colina. En la ladera de aquella colina se distinguía apenas la silueta de una
casa antigua y magnífica.Cedric miró la Copa y luego a mi.
—¿Te dijo alguien que la Copa fuera un traslador? —preguntó. Negué con la cabeza.—Tengo una mala sensación —le dije —Algo va a pasar.
—A lo mejor solo es la última etapa de la prueba —dijo Cedric, pero yo no estaba tan segura.
Saqué mi varita y miré alrededor. Tenía la sensación de que nos vigilaban, pero esta vez no era un ente tan poderoso. No era Apolo.
No era obra de Apolo, y si no era él podría ser otra entidad intentando matarme debido a las acciones de mi padre. O acciones propias, yo también me paso de verga a veces.
—Alguien viene —dije de pronto.
Escudriñando en la oscuridad, vislumbraron una figura que se acercaba caminando derecho hacia ellos por entre las tumbas. No podía distinguirle la cara; pero, por la forma en que andaba y la postura de los brazos, pensó que llevaba algo en ellos. Quienquiera que fuera, era de pequeña estatura, y llevaba sobre la cabeza una capa con capucha que le ocultaba el rostro. La distancia entre ellos se
acortaba a cada paso, permitiéndoles ver que lo que llevaba el encapuchado parecía
un bebé... ¿o era simplemente una túnica arrebujada?No era algo humano.
Bajé un poco la varita y eché una ojeada a Cedric. Éste le devolvió una mirada de desconcierto. Uno y otro volvieron a observar al que se acercaba, que al fin se detuvo junto a una enorme lápida vertical de mármol, a dos metros de ellos.
Y entonces, sin previo aviso, la cicatriz empezó a doler. Fue un dolor más fuerte
que ningún otro que hubiera sentido en toda mi vida. Al llevarse las manos a la cara la
varita se me resbaló de los dedos. Se me doblaron las rodillas. Caí al suelo y quedé sin poder ver nada, pensando que la cabeza le iba a estallar.Desde lo lejos, por encima de su cabeza, oyó una voz fría y aguda que decía:
—Mata al otro—¡No!
Y no supe que pasó, pero logré patear la canilla de Cedric y hacer que cayera al suelo antes de que el hechizo lo golpeara, haciendo que se golpeara con una roca.
El hombrecillo de la capa había posado su lío de ropa y, con la varita encendida, me arrastraba hacia la lápida de mármol. A la luz de la varita, vi el nombre inscrito en la lápida antes de ser arrojado contra ella:
TOM RYDDLE
Este mamaguevo otra vez.
El hombre de la capa hizo aparecer por arte de magia unas cuerdas que me sujetaron firmemente, atandome a la lápida desde el cuello a los tobillos. Podía oír el sonido de una respiración rápida y superficial que provenía de dentro de la capucha. Forcejeé, y el hombre me golpeó: me golpeó con una mano a la que le faltaba un dedo, y entonces comprendí quién se ocultaba bajo la capucha: Colagusano.
—¡Tú! —dije jadeando. —¡Rata inmunda! ¡Te voy a asesinar, cabrón!
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²RADIOACTIVE (HP&PJO)✔️
Fanfiction❝ I raise my flags, don my clothes. It's a revolution, I suppose ❞ dónde arlette potter sale de guatemala para meterse en guatapeor El Cáliz de Fuego ✔️ La Maldición del Titán ✔️ Empezado: 3 de Septiembre de 2023 ...