Existen las fiestas normales y también las fiestas monstruo. Y luego están las fiestas olímpicas. Si alguna vez tienes ocasión de elegir, quédate con la olímpica.
Las nueve musas se ocupaban de la música, y advertí que sonaba lo que tú querías
que sonara: los dioses oían clásica y los jóvenes semidioses hip-hop o lo que les
apeteciera. Todo en una sola banda sonora. Sin discusiones ni peleas para cambiar de
emisora. Sólo peticiones para que subieran el volumen.Dioniso iba de aquí para allá creando de la nada puestos de refrescos y siempre
del brazo de una mujer muy guapa: su esposa Ariadna. Lo veía contento por primera vez. Había fuentes de oro de las que manaban néctar y ambrosía, y también bandejas repletas de canapés para mortales. Las copas doradas se llenaban de la bebida que querías. Grover trotaba por allí con un plato repleto de latas y enchiladas, y con una
copa llena de café, a la cual le susurraba una y otra vez: «¡Pan! ¡Pan!», como si fuese
un conjuro. Por fortuna, los dioses se habían reducido a estatura humana para no andar pisoteando a los invitados.—Arlette —llamó una voz conocida, volteé y el muchacho me estiró la mano —¿Me concederías este baile?
Ah cabrón
—No es como que tenga otra opción —dije sarcásticamente.
—Ah, tan amable como siempre —respondió él, con más sarcasmo. Intercambió miradas con las musas y una canción comenzó a sonar.
Ya conocía la canción.
What are you trying to tell me?
Cuando terminamos de bailar aquella divina elección de canción, que se note el sarcasmo, tomó mi mano delicadamente y depositó un beso.
—Ay por favor, ya todos lo sabíamos —dijo Dioniso, bebiendo una lata de Coca Cola.
Nadie lo contradijo, pero yo no supe a lo que se refería, pero si sabía que lo mejor sería empezar a cerrar mis ventanas bien.
En toda la fiesta no había visto a Eros por ningún lado y necesitaba que me enviara a Hogwarts, porque al día siguiente tendría el baile de los campeones y no tenía ni vestido, ni pareja, nada.
No.
Necesitaba a Afrodita.
—¿Me buscabas? —una voz encantadora me hizo voltear. Era Afrodita. Con sus ojos azules más resplandecientes que nunca y el cabello dorado cada vez más rizado.
—¡Sí! —exclamé emocionada. Inmediatamente me sonrojé. —Necesito un favor, ¡Lo recontribuiré con otro! ¡Lo prometo!
—Si, ya sé lo que necesitas —ella me sonrió —No te preocupes querida, ya todo está preparado.
Me quedé muda.
—Todo estará en tu habitación para mañana, tranquilizate, no quedarás en ridículo.
***
Mientras subíamos por la Colina Mestiza hasta el pino donde relucía el Vellocino
de Oro, casi esperaba encontrarme allí a Thalia. Pero no: no estaba. Había partido con
Artemisa y las demás cazadoras en pos de una nueva aventura.Quirón nos recibió en la Casa Grande con chocolate caliente y sandwiches de queso. Grover se fue a ver a los demás sátiros para contarles nuestro extraño encuentro con la magia de Pan. Apenas una hora después, todos los sátiros del campamento corrían de un lado para otro, preguntando dónde estaba la cafetería más cercana.
Estaba en la cabaña de Afrodita cuando algo me golpeó, no fue algo físico. Fue algo emocional, fuerte, eran mis poderes. Una emoción fuerte de traición, la misma traición que había en el aire cuando Percy fue traicionado por Luke aquél día en el bosque.
Mis sentidos daban vueltos, estaba empezando a escuchar borroso. Podía sentir mis ojos voltear, mi cuerpo temblaba y caí al suelo. Algo estaba pasando. Intenté apoyarme de la cama para levantarme, pero fue un intento inútil.
—¡Arlette! —Silena corrió en mi ayuda, me rodeó con los brazos y me ayudó a levantarme del suelo y sentarme en la cama —Oh por todos los dioses, ¿Estás bien?
Asentí con dificultad, ella me tendió una botella de agua a la mitad, la abrí con dificultad y tomé unos cuantos buches.
—Está pasando algo conmigo, algo está mal...
Comenzaron a tocar la puerta de la cabaña, era Annabeth.
—Tenemos un problema —dijo Annabeth.
—Van a tener que arreglárselas sin ella —soltó Silena agresivamente, como si le molestara.
—No, está bien —contradije a Silena —Vamos, Annie.
***
Annabeth, Percy, Grover y yo buscamos por el bosque, pero no había ni rastro de Nico di Angelo.
—Tenemos que contárselo a Quirón —dijo Annabeth, jadeando.
—No —respondió
Ella y Grover me miraron.
—Humm... —murmuró Grover, nervioso—. ¿Qué quiere decir ese no?
—Percy tiene razón —lo apoyé—Van a querer cazarlo, los dioses probablemente querrán matarlo.
—Un hijo de Hades —remató Annabeth—. Percy, Arlette ¿Se hacen una idea de lo grave que es esto? ¡También Hades rompió su juramento! ¡Es terrible!
—No lo creo —contestó Percy—. No creo que rompiera su juramento.
—¿Cómo que no?
—Él es su padre —dije—, pero Bianca y Nico llevaban fuera de circulación mucho tiempo, desde antes de la Segunda Guerra Mundial.—¡El Casino Loto! —exclamó Grover. Y le contó a Annabeth la conversación que habíamos mantenido con Bianca—. Ella y Nico estuvieron encerrados en ese sitio durante décadas. Pero habían nacido antes de que se hiciera el juramento.
Yo asentí.
—¿Y cómo escaparon? —objetó Annabeth.—No lo sé —reconoció Percy—. Bianca dijo que fue a buscarlos un abogado y los llevó
a Westover Hall. No sé quién podría ser ni por qué lo hizo. Tal vez forme parte del Gran Despertar. No creo que Nico sepa quién es. Pero no podemos contárselo a nadie, ni siquiera a Quirón.—Merlin, si los Olímpicos se enteran será horrible.
—Empezarían otra vez a pelearse entre ellos —dijo Annabeth—. Es lo último que nos hace falta ahora.
Grover parecía muy inquieto.
—Pero no se les pueden ocultar cosas a los dioses. No para siempre, al menos.—No hace falta que sea para siempre —respondió Percy—. Sólo dos años. Hasta que
cumpla los dieciséis.
Annabeth palideció.
—Pero, Percy, eso significa que la profecía tal vez no se refiera a ti. Podría referirse a Nico. Hemos de...
—No —insistió—. La profecía me concierne a mí.
—¿Por qué estás tan seguro? —saltó—. ¿Es que pretendes hacerte responsable del mundo entero?—No puedo permitir que Nico corra más peligros —dijo—. Eso al menos se lo
debo a su hermana. Les he fallado... a los dos. No permitiré que ese pobre chico sufra
más.
—Ese pobre chico que te odia y que quiere verte muerto —me recordó Grover.—Tal vez logremos encontrarlo —dije—. Podemos convencerlo de que no pasa nada y esconderlo en un lugar seguro.
Annabeth se estremeció.—Si Luke lo encuentra...
—No lo encontrará —dijo Percy—. Yo me encargaré de que tenga otras cosas de que preocuparse. Concretamente, de mí.LA REACCIÓN DE ARLETTE CUABDO LO DE NICO Y PERCY
La mina sin poderes y sintiendo toda una mrd de traición. Eso lo hice porque Nico y Arlette van a ser una pieza clave para una cosa q tengo planeada.
Los amo vvs, el próximo episodio es el baile d navidad en Hogwarts
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²RADIOACTIVE (HP&PJO)✔️
Fanfiction❝ I raise my flags, don my clothes. It's a revolution, I suppose ❞ dónde arlette potter sale de guatemala para meterse en guatapeor El Cáliz de Fuego ✔️ La Maldición del Titán ✔️ Empezado: 3 de Septiembre de 2023 ...