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— Te ví ayer

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Te ví ayer... — Susurró suavemente en mi oído mientras me tomaba por atrás. Me sorprendió, pero más que vergüenza sentí una pizca de tristeza junto al enojo que rebosaba mi cuerpo.

— Ah ¿Y? — pensé que después del escándalo de aquella noche se alejaría por completo pero al parecer cambió de opinión. De todas formas, si no se aleja él lo voy a hacer yo.

Venir a atacarme de la nada en el instituto. Tuvo todo el domingo para venir a hablar, sabe la dirección de mi casa así que tranquilamente podría hacerlo ¿Que les pasa a los hombres? ¿No piensan antes de actuar?

— ¿Por qué estas enojada? — Su voz pasó de ser dominante a sumisa, su preocupación se notaba pero aún así no me importaba en absoluto como se sentía, él tuvo que preocuparse antes, no ahora. — Hey, mirame...

Volteé a verlo con clara decepción en el rostro. Necesito aclararlo todo, hablar suena justo como lo que necesito aunque no tengo ganas de hacerlo ya que no sabría que esperarme de eso.

¿Excusas? ¿Una conversación vacía? Lo de anoche fue turbio y no le encuentro ni el más mínimo sentido. ¿De verdad mató a alguien?

¿Y por qué a pesar de saber que Michael Afton es un pelotudo de mierda sigo sintiendo mariposas en mi estómago cada vez que lo veo?

— Ay, no tengo idea. ¿Debería estar enojada?

—Uhg... ¿Es por lo del sábado? Perdóname, en serio, me sentía perdido y hablé sin sentido alguno. Quería verte...

— ...¿Te sentías perdido? — No pude evitar preguntar sobre sus palabras con una cara de diversión falsa, la sorpresa de recibir algo que no esperabas, pero que definitivamente tampoco querías. — Ah boe. Entonces yo voy y te digo que maté a alguien porque total estaba perdida ¿O no? Ahora voy y hago lo que quiera con tus sentimientos porque total me siento perdida. ¿Es esa tu excusa? Bueno, me siento perdida ahora, así que te voy a mandar bien a la mierda, la concha de tu madre.

— No seas asi-

— No, si soy así y punto. Hace unos meses yo venía de maravilla siendo un don nadie, ahora que me estoy juntando con vos no paran de entrometerme en rumores que nisiquiera sé de que tratan. Así que no Michael, yo voy a ser como mierda se me la gana. — No pude evitar comenzar a lagrimear un poco. Tenía las cosas guardadas desde hace bastante tiempo.

Michael me abrazó. No le correspondí, aunque tampoco hice algún esfuerzo para separarme.

Estoy confundida... Esto es tu culpa. — Sus brazos eran incomodamente reconfortantes. Mi corazón y mente estaban batallando para ver quien será el que lleve el mando a partir de ahora, sin embargo ambos saben que sin él ya no tendrán en quien pensar... o por quien latir.

𝐓𝐞𝐞𝐧𝐚𝐠𝐞 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 | Michael AftonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora