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—Está vacío

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—Está vacío.

—Nadie suele venir.

Unos días más tarde de la confesión de Emily, busqué hablar con Tyler debido a su mención en esa historia. Tal vez llegar a su casa y arriconarlo en el sillón no era la mejor idea para representar una charla tranquila y amistosa, pero a este punto estaba desesperada. Al parecer él supo leer mi mente, no tardó en guiarme a un pequeño cementerio cerca del lugar, cuando ví como las tumbas pasaban de ser simples a unas más relucientes y llenas de muñecos, supe que habíamos llegado a la zona de infantes fallecidos.

El corazón me latía con fuerza al ver cada una de las fotografías de los pequeños, con sus enormes sonrisas resplandeciendo el horrible lugar en el que estaban.

Frenamos frente a una en específico. Esta no tenía una fotografía o estaba lleno de mensajes como todos los demás. Era una tumba con el nombre de Evan Afton en grande donde debajo estaba solo la fecha de nacimiento y muerte, su única compañía era un peluche amarillento de un oso.

— N-no tengo fotos de él, n-nisiquiera estoy seguro de que su cuerpo esté en este lugar. — Lo miré confundida, casi espantada, pero su rostro seguía sereno, como si deseara que el mismo niño pudiera sentir sus caricias por solo ver su mirada. — No tengo permitido estar acá.

Comenzó a caminar hacia la salida del cementerio. Me costó seguirle el paso, no quería irme, quería almenos dejarle una rosa para que su alma no se sienta abandonada.

Aún así me acerqué para ir a la par, él se soltó con respecto a su relación con la familia Afton, sorprendiendome en varios aspectos y pensando en lo imposible de las escenas.

— Mi padre y aquel hombre eran muy buenos amigos ¿Sabes? Demasiado. M-Mi viejo era un hombre sabio y trabajador, pero el d-dinero no bastaba, así que el millonario señor Afton le otorgó prestada una vieja c-c-casa, donde vivo actualmente, que él solía usar para guardar sus herramientas. — Tragó saliva antes de continuar, como si estuviera volviendo a vivir su relato. — U-un día tuvo la m-m-maravillosa idea de comenzar un lugar de comida rápida con animatronicos... Después de eso m-mi padre estaba t-tan ocupado que tengo pocos recuerdos de él, solo que s-s-se... se sui-suicido luego de la "accidental" m-muerte de mi hermana.

Los tartamudeos le dificultaban el habla, haciéndolo sentir aún más nervioso de lo que estaba en un principio. Puse mi mano sobre su hombro, intentando animarlo un poco. Me sentía horrible, derrepente ya no entendía porqué estoy haciendo esto... me siento como una chica que solo quiere chisme sobre su tonto amor de secundaria.

Iba a pedirle que se detenga, pero Tyler siguió.

— Mi mami n-no podía creerlo, perdió la c-cabeza y está en un psiquiátrico por pensamientos suicidas y amenazar a muerte al p-padre de Michael. — Me daba pena la seguridad con la que hablaba Tyler. Su rostro estaba lleno de odio, mas ninguna lágrima caía de sus ojos. — Mi f-familia se pudrió por W-William. No tuve mucha interacción c-con el resto después de eso... n-no tengo idea si f-fue lastima o que p-pero m-m-me ofreció trabajo en uno de los locales. A-A veces extraño a mi tía... su madre era un c-cielo pero nunca jamás volví a verla.

Hice una pausa al escuchar la mención de la madre de Michael, recordando la foto de la familia entera en la habitación de Tyler.

— Su madre.... ¿era la que no paraba de reír con la tuya? — Él soltó un suspiro camuflado en risa, sonriendome débil al recordarle la escena. — Emily me contó que cuando fue a casa de Michael, vió una mujer con vestido verde lastimada... aparentemente el señor Afton la lastimó.

Soltó un gruñido leve mientras apretaba uno de sus puños. No esperaba para nada que agarre mis hombros y me obligue a mirarlo a los ojos.

Derepente el rostro angelical que había conocido no hace mucho se tornó oscuro y sin pizca de gracia. Me sacudió para que esté atenta a sus palabras.

— E-Escúchame, no seas pelotuda, ese s-señor está loco y su familia sufre las cons-ecuencias. ¿Acaso crees que odio a M-Michael? Era mi mejor y único amigo, solo quiero que consiga salir de ahí, p-pero tampoco quiero que vos te metas. Charlie, Elizabeth y ahora Evan... n-no te vayas también.

Fue difícil decir algo, estaba asustada y sumamente preocupada por la situación. Tyler no estaba bien, era claro, había que ponerle un fin a los actos de ese hombre.

—Tyler... Si querés que Michael salga de ahí entonces vamos a ayudarlo antes de que sea tar— Nisiquiera me dejó terminar mi frase antes de comenzar a sacudirme otra vez, incluso con más fuerza y clavandome sus dedos sobre mis hombros.

—¡No! ¡¿S-sos sorda?! Dije que no. Mírate, d-desesperada por un poco de atención de aquel i-idiota ¿En que te convertiste? Estas obsesionada. Te lo digo ahora y-y-y no te lo r-repito; Michael ya no tiene salvación, está condenado a esta vida y la acepta.

De todas las veces en las que nuestros ojos estaban firmes sobre el otro, esta fue la única vez en la que no sentí una chispa, un brillo o una calida sensación. Su cuerpo era pánico, miedo, y deseé que fuera Michael quien clavara esas uñas en mi piel, quien me gritara lleno de desesperación, porque entonces estaría segura que lo hace con amor y que después de tirarme al mar lleno de tiburones me esperaría con una toalla para secar mi miedo.

Tal vez estaba obsesionada, pero eso no era problema suyo. ¿Que le importa lo que haga? Lo hago por amor sincero a Michael, lo hago porque quiero ser yo en quien deposite sus lágrimas cada noche, en quien confíe todas y cada uno de sus más oscuros pensamientos.

Lo empujé, mi mirada peleaba con la suya demostrando lo repugnante que me resonaban sus palabras. Alejarme de Michael... sería como un infierno ahora que lo pienso.

— Me volves a gritar así y no la volves a contar.

— Me volves a gritar así y no la volves a contar

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𝐓𝐞𝐞𝐧𝐚𝐠𝐞 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 | Michael AftonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora