Lauren J.
—Lucy, ¿estás remojando tu paleta en almíbar?
Me sonrió y asintió, claramente orgullosa de sí misma.—Genial. —Me reí—. A este paso te pondrás diabética para el mediodía. Tu mamá me va a matar si se entera que les permití comer paletas con sus huevos y panqueques.
—¡No vamos a decirle! —Piper sonrió, jugo rojo goteando de su barbilla.
—¡Ustedes son las mejores! —Me incliné y les choqué las palmas—. Está bien, mis pequeñas Twinkies, lo que sigue en la agenda: ¿qué quieren hacer hoy?
—Jugar con las Barbies.
—Ver la Bella Durmiente.
—Construir cosas con Play-Doh.
—Jugar Mario Kart.
—¿Podemos pintarte las uñas de nuevo?
Me mareé mirando de ida y vuelta entre las dos, ya que escupían más cosas de las que eran posibles lograr en un día.
—Esperen, esperen. —Sostuve mis manos en alto—. Puede ser que tenga que escribir esto. ¿Estamos tomando siestas en absoluto? ¿Por favor?
—¡No! —chillaron al unísono.
—Tengo una idea. Mamá salió tarde hoy y no llevó su lonchera de comida. ¿Y si nos vamos al hospital y la sorprendemos?
Sonrisas iluminaron sus dos rostros, y asintieron frenéticamente. Bajé la mirada a sus platos que estaban de color marrón por el jarabe pegajoso mezclado con jugo de helado de color rojo y trozos de huevo revuelto, y suspiré.
—Voy a limpiar el desayuno mientras ustedes juegan unos pocos minutos, ¿de acuerdo?
Con eso, se bajaron de un salto de la isla y corrieron hacia sus dormitorios.
******
Ya había casi terminado de fregar el sartén del huevo cuando Sophia y Fred llegaron en la cocina.
—¡Buenos días! —dijo Sophia alegremente.
—¡Hola! Se perdieron los huevos con tocino.
—No hay problema. Vamos a hacer algo en un rato. ¿Camila ya se fue?
—Sí, hace un rato. Estaba en un apuro y no llevó su almuerzo, así que pensé que las chicas y yo podríamos ir allí y darle una sorpresa, ¿si eso está bien con ustedes?
—Por supuesto que lo está. —Sophia se acercó y tomó ligeramente mi cara—. Eres una buena mujer, Lauren.
—Es culpa de mi mamá. —Le guiñé un ojo.
******
Una hora más tarde ya estaba duchada, vestida y lista para salir por la puerta de mi habitación cuando mi celular sonó. Era Vero.
V: Oye imbécil. ¿Dónde estás?
¿Qué pasa, tarada? Estoy en donde Camila.
V: Me lo imaginé. Pasé por tu casa y no estabas allí. ¿Nunca volverás casa o qué? ¿Vas a trabajar en la posada a tiempo completo como nueva cocinera? ¿Debo comprarte un delantal rosado?
Cierra el pico, imbécil. Estaré en casa pronto, y voy a estar lista para ir el día de la inauguración.V: Más te vale. Tu contrato se acaba este año. Si juegas como si hubieras dejado tu cerebro y tu polla allá, tu culo va a ser cambiado y enviado fuera del estado.
Awww, Vero. ¿Te preocupas por mí?
V: Jódete. Ponte en forma. Gana juegos para nosotras.
También te quiero, calabaza.

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ROOM FOR MORE
FanfictionHace cuatro años, mis sueños se hicieron añicos en un instante. Hace tres meses, encontré algo que no he tenido en años. Esperanza. Esa esperanza llegó en la forma de una sexy y despreocupada jugadora de hockey llamada Lauren Jauregui. Ella se aba...