Lauren J.
En la mañana, salté de la cama antes de que saliera el sol y fui a la cocina. Camila estaba sentada en la isla, medio dormida y enroscada alrededor de su taza de café.
―Buenos días. ―Besé la parte superior de su cabeza. Gruñó en respuesta sin mirarme.
Me reí.
―Un poquito cansada hoy, ¿verdad?
―Sin lugar a dudas. ―Sopló el café humeante y se burló de mí―. Y aún estoy enojada por perder mi camiseta favorita.
Ayer por la noche, después de yacer en el muelle, hablamos durante horas, y tuvimos sexo otra vez, nos levantamos para vestirnos y nos dimos cuenta que una de nosotras tiró accidentalmente la camiseta al lago después de que se la quité. Sabía que era su favorita, me sentí mal, pero mirarla tratando de cubrirse mientras corría hacia la casa valió la pena el costo de un camión cargado con nuevas camisetas sin mangas. Por supuesto, no podía dejar que entrara a la casa de esa forma. A mitad del camino, me saqué mi camiseta y la puse sobre su cabeza. Era tallas más grande y le llegaba de vestido, pero nunca había lucido más sexy. Me serví una taza de café y me senté a su lado.
―Si te hace sentir mejor, tengo cerca de treinta picaduras de mosquitos en mi culo.
Estaba tomando un sorbo y casi lo escupió mientras se cubría la boca con la mano.
―Oh, Dios mío. ―Echó su cabeza hacia atrás y rió con fuerza una vez que tragó su café―. ¿De verdad?
―Claro que sí. Estuve rascándome toda la noche. ―Hice una mueca.
―Que linda. ―Se acercó y acarició con su nariz mi cuello―. ¿Quieres que lo bese y lo haga sentir mejor?
―¿Lo besarías?
Se inclinó y encogió de hombros.
―Claro. ¿Por qué no?
―En ese caso, ¿dije que las picaduras de mosquitos estaban en mi culo? ―Levanté una ceja―. Lo que quise decir es que tengo picaduras de mosquitos en toda mi…
―¡Lauren! ―Lucy saltó a mis brazos justo cuando estaba a punto de decirle a Camila donde me gustaría que pusiera sus labios. Camila me dio un codazo en el estómago mientras se levantaba para volver a llenar su taza de café.
―¿Dónde está mi otra Twinkie?
―No quiere peinarse el cabello, así que está escondida en el baño. ―Se rió.
Vi como Camila se agachó y sacó una sartén fuera del gabinete, preguntándome sí ella tenía idea de lo cautivante que era. Usaba una bata larga gris puesta sobre una camiseta sin mangas de Minnesota Wild y pantalones de pijama gris. Algunos mechones sueltos de su cabello largo habían escapado del moño desordenado en la parte posterior de su cabeza, haciendo que su cuello luciera irresistible. Sonreía a los locos balbuceos de Lucy mientras iba hacia la nevera y agarraba un par de huevos. Díganme coño o marica o lo que quieran, pero la simplicidad atractiva de esta mujer me volvía loca y no me importaba quién lo supiera.
―¿Me has oído, Lauren?
―Lo siento, cariño. ¿Qué? ―Miré a Lucy.
―Dije que no sabía que ibas a venir hoy.
―Sabes qué, yo no lo sabía tampoco. —Agarré un plátano del frutero y empecé a pelarlo para ella―. Decidí anoche conducir y venir a verlas.
―¿Hoy te quedas aquí con nosotras?
ESTÁS LEYENDO
ROOM FOR MORE
FanfictionHace cuatro años, mis sueños se hicieron añicos en un instante. Hace tres meses, encontré algo que no he tenido en años. Esperanza. Esa esperanza llegó en la forma de una sexy y despreocupada jugadora de hockey llamada Lauren Jauregui. Ella se aba...