Lauren J.
Después de haber tenido nuestra primera victoria para los Wild en esta temporada, y mi primer juego en el que ningún disco pasó mi portería, estaba lista para una ducha rápida y un día libre con mis chicas. El Entrenador Collins nos dio una buena charla en los casilleros después del juego y en el camino hacia la puerta, palmeó mi hombro y asintió hacia mí.
―Buen juego esta noche, Jauregui.
―Gracias, Entrenador. ―Asentí de regreso.
******
Siempre había unos cuantos buscadores de autógrafos o chicos rezagados en el pasillo después de juego, esperando por su foto o lo que sea. Escaneé a través de la multitud, tratando de encontrar a Camila. No habíamos realmente acordado encontrarnos después del juego y suponía que podría haber ido directo a mi casa. Entrecerré mis ojos por la luz y vi tres camisetas de Minnesota Wild a mitad del vestíbulo. Una grande y otras dos pequeñas.
Mis chicas.
Antes de que fuera hacia ellas, felizmente hice mi camino por el mar de chicos esperando, firmando autógrafos y tomando fotos. Cuando la multitud de tranquilizó, miré hacia el pasillo y Camila estaba apoyada contra la pared, sonriéndome. Piper y Lucy estaban sentadas en el suelo usándose mutuamente como soporte, claramente habían terminado con todas las cosas relacionadas al hockey. Caminé, pero antes de llegar a Camila apoyé mi espalda en la pared como ella.
—Hola, mamá caliente. ¿Estás esperando a alguien en especial?
Arqueó una ceja y suspiró, su mirada pasándome.
—Solo esta guapa jugadora de hockey que me guiñó el ojo durante el juego.
—¡Mamá, esa era Lauren! —dijo Lucy riéndose.
—¿Cómo están chicas? ¿Se divirtieron? —Me puse en cuclillas y las levanté, una en cada brazo. Piper apretó mis mejillas con sus manos.
—Nos divertimos mucho. Bobby fue nuestro camarero y se mantuvo trayéndonos todo lo queríamos.
Hice una pausa y miré a Camila.
—¿Camarero?
Ella rió.
—Un buen asistente de estadio el cual corría cada vez que estas dos cabezas huecas levantaban sus manos.
—¿Su nombre era Bobby? Lo buscaré y le daré las gracias. En fin, ¿quién está lista para una fiesta de pijamas en mi casa?
Lucy y Piper levantaron sus manos.
—¡Yo! —gritaron.
—¡Yo también! —dijo Camila, lanzando sus manos al aire.
Bajé a las chicas y enganché mi dedo en el cuello de la camiseta de Camila.
—Ven para acá. —La jalé hacia adelante y planté un gran beso en sus labios.
Fácilmente pude haberla devorado allí mismo. No obstante, sabía que una sesión de besos para mayores sería inapropiada en frente de las niñas. Me eché hacia atrás y puse mi frente
sobre la de ella—. He estado muriendo por hacer eso desde que te vi sentada en ese asiento. Gracias por venir hoy.Me miró desde sus largas pestañas.
—Gracias por invitarnos. Y darnos un lugar en el cual estacionarnos. Y esos asientos estuvieron asombrosos.
Me alejé y empecé a caminar, agarrando la mano de Camila.
—Mejor que lo hayan sido. Costaron una fortuna.

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ROOM FOR MORE
FanfictionHace cuatro años, mis sueños se hicieron añicos en un instante. Hace tres meses, encontré algo que no he tenido en años. Esperanza. Esa esperanza llegó en la forma de una sexy y despreocupada jugadora de hockey llamada Lauren Jauregui. Ella se aba...