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Camila C.

—¡Alto! —Darla entró al trabajo y levanté mi mano antes de que pudiera decir una palabra—. Antes de que digas algo, Vero es la mejor amiga de Lauren y no quiero oír ninguna historia que no le dirías a tu madre, ¿entendido?

—¡He estado muriendo por hablar contigo! —Ella prácticamente temblaba por la emoción.

Habían pasado dos días desde el juego y aun no podía borrar la ridícula sonrisa de su cara. Lauren, las niñas y yo desayunamos con ella y Vero a la mañana siguiente, pero no podía exactamente cotillear en frente de ellos y sabía que quería darme todos los detalles asquerosos acerca de su noche con ella.

—Sé que lo haces, pero no me des demasiado, por favor, ¿de acuerdo? —supliqué.

Tiró la chaqueta en su casillero y se giró para mirarme.

—¿Sabías que su clitoris está perforado?

Gemí y me hundí en la silla, cubriéndome el rostro con mis manos.

—Como eso. Eso es demasiado.

Darla soltó una carcajada.

—Oh, mi querida Camila, eso es solo el comienzo.

*******

Pasé la última hora de mi turno siguiendo a Maureen de una habitación a otra, realizando todos los procedimientos que me permitió, no importaba cuán grande o pequeño fuera. Cuando no estaba con Maureen, esquivaba a Darla y sus historias perversas.

Dieron las cuatro en punto y había terminado. Darla estaba sentada en el escritorio, actualizando un gráfico y comiendo algunos Cheetos.

—Así que, todavía sin detalles, ¿pero vas a verlq otra vez? —pregunté con cuidado.

—No estoy segura. —Giró su silla hacia mí, lamiendo sus dedos anaranjados—. Ella
quiere, pero podría ser un poco demasiado determinada para mí. Me gusta un buen polvo
de vez en cuando, pero ella me lanzó por la habitación y me lo hizo en cada pieza de mobiliario que pudo encontrar.

Cerré mis ojos y sacudí la cabeza, tratando de alejar las imágenes mentales que estaba
teniendo. Se levantó y rodó los hombros, estirándose.

—Creo que me dislocó algo y he estado durmiendo por dos días seguidos.

—Bueno. Con eso dicho, me voy de aquí. —Me puse mi sudadera con capucha y agarré mi bolsa de almuerzo—. ¿Te veo mañana?

—Voy a estar saliendo justo cuando tú vuelvas. ¿Qué planeas esta noche?

—Una de mis mejores amigas ha llegado a casa desde Italia hace una semana, pero he estado tan ocupada con Lauren y todo lo demás que ni siquiera la he visto todavía; voy a cenar con ella y mi otra amiga.

—Suena divertido. Tómate un trago por mí. —Se despidió con la mano.

******


Me despedí de algunas otras enfermeras que habían sido amigables y estaba casi en la puerta cuando oí mi nombre. Me di la vuelta y vi a Zach corriendo hacia mí.

—Hola. —Sonrió cuando me alcanzó.

—Hola.

—He tenido la intención de darte algo. —Buscó en el bolsillo de su abrigo y me entregó un pedazo de papel.

—¿Qué es esto? —pregunté, desdoblándolo.

—Mi número de celular.

—Oh. —Levanté mi cabeza—. ¿Por qué necesito esto?

ROOM FOR MORE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora