Camila C.
—¿Zach? ¿En el hospital? ¿Hablas en serio? —gritó Louisa tan fuerte en el teléfono que tuve que alejarlo de mi oreja por un segundo.
—Obviamente. —Suspiré—. No bromearía sobre algo así.
—Desapareció totalmente. No he escuchado una palabra sobre él desde que se fue. ¡Y desde luego no tenía ni idea de que era paramédico!
—Yo tampoco. No es necesario decir que me sorprendió.
—¿Qué te dijo? ¿Qué dijiste?
—Nada. Huí. Una sorpresa, ¿eh? —Me reí nerviosamente—. Fingí enfermarme y corrí al baño. Esa otra enfermera, Darla, tuvo que hacerse cargo del paciente mientras yo me quedé sentada en el suelo del baño teniendo un ataque de pánico espeluznante durante quince minutos. Cuando salí, ya se había ido.
—¿Le dijiste a Lauren?
—Todavía no. Esto acaba de ocurrir ayer. Ni siquiera lo he procesado aún. Tampoco tengo idea de cómo decirle.
—Ya le dijiste a Alexa, ¿verdad?
—Nop. Eres la única que lo sabe hasta el momento. Qué suerte, ¿eh? —Esperé que se riera. No lo hizo, así que continué—: De todos modos, no puedo decirle a nadie. El primer instinto de mi mamá será hacer nuestras maletas, ponernos en el auto y mudarnos a través del país; estoy preocupada de que Alexa venga al hospital y lo mate.
—Sabes que va a perder la cabeza cuando se entere, ¿verdad?
—¿Alexa? Sí, lo sé. —Suspiré—. Es exactamente el por qué no puedo decirle ahora mismo.
—¡Camila!
—Se lo diré, eventualmente, por el momento no. Ya sabes cómo se pone, Louisa. Es tan protectora con nosotras e impetuosa cuando se trata de Zach. Prométeme que no se lo dirás.
Louisa suspiró.
—No es mi noticia para contar, así que por supuesto que no lo haré. Simplemente no me gusta esto.
—Puede que no sea gran cosa de todos modos.
—¿Qué quieres decir? —preguntó.
—Tal vez esa sea la única vez que vaya verlo ¿Quién sabe? Con un poco de suerte, puedo acomodar mis horarios y escapar sin tener que verlo de nuevo.
Me senté en mi cama y me quedé mirando el techo, tratando de obligarme a creer la mentira que acababa de decirle a Louisa. Las probabilidades de no volver a verlo en los
próximos dos meses eran casi nulas.—Oh Dios, Camila. Ni siquiera sé qué decir —afirmó.
Había sido amiga de Louisa el tiempo suficiente para saber exactamente cómo lucía en este momento, incluso a más de siete mil kilómetros de distancia. Sus ojos azules se encontraban como platos mientras sus manos largas, perfectamente cuidadas, estaban sobre su boca. Podía oír el piso de madera crujiendo bajo sus pies mientras se paseaba por su apartamento.
—¿Qué está pasando? —llamó Tommy desde el fondo.
—¡Zach está de vuelta! —gritó.
—¡No me digas! —exclamó—. ¿Acaso Lauren le pateó el culo?
—No lo sabe todavía.
—Oh, mierda. Cuando se entere, va a matarlo. Pídele a Camila que no le diga hasta que esta temporada haya terminado para que no vaya a la cárcel, ¿de acuerdo? Tengo un montón de dinero apostando en ella.
—¡Shhh! —siseó Louisa —. ¿Qué vas a hacer, Camila?
Respiré profundamente y exhalé con fuerza.
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ROOM FOR MORE
FanficHace cuatro años, mis sueños se hicieron añicos en un instante. Hace tres meses, encontré algo que no he tenido en años. Esperanza. Esa esperanza llegó en la forma de una sexy y despreocupada jugadora de hockey llamada Lauren Jauregui. Ella se aba...