Capítulo XXI: Ángel

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Jesy:

Me parecía extraño que Carter dejara la casa. Me había acostumbrado a que estuviese todo el día dando vueltas por ahí y que la molestara de vez en cuando. De alguna manera lo iba a extrañar, aunque no iba a desanimarse por eso, al fin podría volver su rutina normal.

Las valijas estaban junto a la puerta, y Carter estaba dando vueltas por la casa. Parecía ansioso.

— ¿Te voy a tener que dar un sedante? — este se dio la vuelta y me fulminó con la mirada, y no pude evitar soltar una risa. Abrió la boca para decir algo, pero el timbre lo interrumpió. Miró a la puerta y yo fui a abrir.

Lo primero que vi fueron los ojos azules de mi papá, y luego los ojos color esmeralda de mi mamá. Las valijas estaban en el suelo a sus pies, y sonreían en mi dirección. Atrás suyo estaban mi tío y su esposa. Mi atención se centró en mis padres otra vez.

— ¿Se quedaron sin llave? — les dedique una sonrisa burlona. Ambos rieron.

— Hola a ti también — dijo mi papa con voz sarcástica. Me moví a un lado y los dejé pasar, pero antes de que mi tío pudiera pasar, me interpuse en su camino. Enarqué una ceja y sonreí juguetona.

— ¿Quién dijo que ibas a pasar? — crucé mis brazos sobre mi pecho.

— ¿Quién dijo que no? — replicó, pero antes de que pudiera responder se escuchó la voz de mi mamá.

— ¡Jesy ve a hacer tus cosas y deja a tu tío pasar! — rodé los ojos y me moví. Sin decir otra palabra subí a mi habitación.

*_*_*

Entré a la cocina una hora después, y me encontré con que todos seguían ahí. Mi mamá estaba haciendo algo de espaldas a mí, y mi papá acababa de acercársele por la espalda para decirle algo al oído. Carter hablaba con Marc y Stella solamente miraba distraídamente. Me acerqué a la mesa y tomé una manzana verde. No llegué a tragar cuando mi mamá me preguntó algo.

— ¿Ya comenzaste las clases de equitación con esa nena?

— Sí, mañana tengo clases con ella.

— ¿Cómo se llamaba? ¿María? ¿Mar... — antes de que ella pudiera terminar la interrumpí.

— Megan — mi voz sonó más cortante de lo que esperaba. Todos se quedaron en silencio por unos minutos, pero entonces mi mamá volvió a hablar, empeñada en que le contara algo.

— ¿Ya tienes pareja para el baile? — y antes de darme tiempo a terminar continuó. — Porque me enteré de que Carter tiene un amigo, Derek, que estaría encantado de ir cont...

— Ya tengo pareja — la corté, y esta vez mi voz sonó más fría. Odiaba que intentaran que vaya a esos bailes con chicos o gente que no me agradaba. No quería ir con Derek, bajo ninguna circunstancia. Había dicho que iba a intentar ser amable, pero eso no significaba que iría con él. Mi padre y mi madre se dieron vuelta y me miraron por unos segundos.

— ¿Y quién es él? — cuestionó mi él.

— No lo conocen — y antes de que la conversación pudiera continuar, tomé mi chaqueta y mis llaves y salí de la casa.

Su vuelta a casa significaba que ya no tendría que estar cuidando a Carter, y eso también significaba volver a la normalidad. Quería volver a mi vida, sin gente extraña con un pasado misterioso, o chicos populares con el ego por las nubes, y mucho menos con asesinos empeñados en cortarme el cuello.

*_*_*

Carter:

— ¡¿Y la dejan salir así sin más?! — chilló Stella.

De ángel no tiene nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora