Capítulo VII: Gorra de beisbol y una sudadera negra

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Cap. 7: Fuera de control

– ¿Vienen? – les pregunté a Jara y a Emmet.

Sabes que a nosotros no nos dejan desaparecer toda la noche – dijo Emmet.

Touche – sonreí. Los acompañé a la entrada, donde los saludé. Vi como desaparecieron por el camino, y luego revisé mis mensajes. Tenía uno de Mike. “En veinte minutos te llevo el auto.” Perfecto, tendría que pasar veinte minutos con los inútiles de los amigos de mi primo y mi primo.

Me acerqué a ellos, y en el medio había un lugar para sentarse. Me tiré ahí y noté que parecían sorprendidos por mis acciones, sonreí.

– ¿Qué miran? – pregunté viendo la pantalla del televisor.

– Una película de James Bond – respondió Derek, quien estaba a mi lado.

Me acomodé mejor en el sillón, “miré” la película. Habían pasado cinco minutos cuando sentí que algo pasaba sobre mis hombros. Era el brazo de Derek. Me obligué a no reír y a seguirle el juego, simplemente para molestarlo. Se acercó aún más y sentí como su mano comenzó a bajar por mi brazo lentamente, hasta que finalmente se desvió y se colocó sobre mi cadera. Me apretó más contra él, y yo no hacía ningún movimiento en contra de esto. ¿Es que los chicos no se daban cuenta? Mason que estaba a mi lado, estaba un poco separado, así que no podía sentí nada, y además estaba muy concentrado en la película. Carter estaba en un sillón individual del lado de Derek, pero no también estaba muy concentrado en la película y en las palomitas. Adam estaba en el otro sillón individual, pero él estaba medio dormido. Derek se había colocado un poco más de costado y comenzó a depositar besos en mi cuello. Tenía ganas de empujarlo, pero me obligué a mi misma a dejar que siguiera, tenía que formarle la ilusión al pobre chico, como él hacía con todas las chicas de instituto. Sus labios rápidamente se unieron a los míos. No era ningún beso de otro mundo. Parecía desesperado, como si no hubiese besado a una chica en semanas – cosa que dudaba –. Profundice el beso, haciendo que mi lengua ingresara en su boca, y la de él en la mía. A ver qué puedes hacer, pensé. No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos, pero yo interrumpí el beso en cuanto se escucho que alguien tocaba bocina. Carter paró la película, Adam se despertó y Mason nos prestó atención. Los tres chicos estaban viéndonos atónitos. Les sonreí y me alejé de Derek. Me levanté, acomode mi remera y me pasé la mano por los labios. Me voltee a ver a los cuatro chicos que me miraban, esperando una respuesta, y no los dejaría con las ganas.

– Derek no besa muy bien, y además no es mi tipo. – me encogí de hombros. – Es que tenía que darle un poco de su propia medicina.

– ¿¡Qué!? – Derek parecía confundido.

– Vos usas a todas las chicas del instituto, ahora yo lo hice con vos – le dedique una sonrisa. – ¿Es feo, no?

Carter:

 

No podía creer lo que acababa de pasar. Cuando Jesy cruzó la puerta, todos miramos a Derek, quien seguía mirando a la puerta por al que ella acababa de salir.

– No puedo creerlo – Derek habló después de unos minutos de silencio.

– ¿Qué es lo que no puedes creer? – preguntó Adam. – ¿Qué bese tan bien o que te haya usado?

– Ambas – parecía embobado, como si lo hubiesen hechizado. – Ella caerá, van a ver.

– Hermano, lamento decírtelo, pero lo dudo – dijo Mason.

Yo creía lo mismo que Mason. Era imposible, Jesy nunca estaría con Derek. Nunca. Se escucharon algunos gritos de alegría de afuera y luego el ruido de autos yéndose.

De ángel no tiene nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora