Capítulo III: Perdida en una habitación blanca.

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Jesy:

Correr, flexiones, sentadillas, y demás, fue lo que el entrenador Buck nos hiso hacer. Sentía las gotitas de sudor caer por mi frente, y algunos pelos más costos pegarse en mis sienes. Mi respiración estaba levemente agitada, y estaba cansada. Pero quería seguir.

– Cada uno a una bolsa – grito Buck.

Todos hicimos lo que él dijo. Yo me coloqué en la bolsa más alejada, y al lado mío estaba Zack. Comencé a pegarle a la bolsa, una y otra vez. Pero me detuve unos segundos a ver lo que estaba haciendo el que tenía al lado. Pude notar que estaba muy tenso, y eso hacía que sus golpes fueran lentos y pesados. Tenía el ceño fruncido y no despegaba la vista de la bolsa ni por un segundo.

– Hey, Zack, relájate un poco – le dije parándome a su lado. Él paró de pegarle a la bolsa, y me miró.

– ¿Qué? –  no parecía entender nada. – No te metas en mis asuntos.

Levante las manos a los costados de mi cabeza, como si fuera inocente. Le sonreí y volví a mi lugar.

– Solo quería ayudar.

Continuamos. Ninguno dijo nada. Pero por el rabillo del ojo pude ver como él se relajaba un poco, tomando mi consejo. Una leve sonrisa adorno mi cara, pero esta se ensanchó cuando se giró y habló.

– ¿Por qué me ayudas? – parecía no entender nada.

– Porque si vas a luchar contra mi primo – señale a Carter, que estaba en la otra punta –, quiero que reciba una paliza.

Él se rió cuando lo dije y yo lo seguí.

– ¿Qué haces en este taller? – enarqué las cejas. Él volvió a sonreír. – Es que eres…

–Una chica – terminé por él. – Te aseguro que si supieras algunas cosas de mí, no estarías diciéndome eso.

Ahora él enarcó una ceja y sonrío.

– ¿Y puedo saber esas cosas? – preguntó.

– Todo a su debido tiempo, Zack – dije y me volví a mi bolsa.

Seguimos cada uno con nuestro trabajo, pero a los minutos, el entrenador nos interrumpió.

– Vamos a pelear – gritó y todos nos acercamos a él. – Yo voy a formar las parejas. – Miró su libreta por unos segundos – Primero irán Zack y – dudó unos segundos – Jesy.

- ¡Ella no puede pelear con Zack! – gritó Derek. – ¡La va a destrozar! ¡Es una chica!

Buck volvió la vista hacia mí, y enarco una ceja.

– ¿No sabe? – negué con la cabeza sonriendo. – ¿Tienes algún problema en pelear con Zack?

– Al contrario, creo que es el único con el que podría tener una pelea divertida – me reí. Miré a Zack. - ¿Vos tenes algún problema en pelear conmigo?

– No podría pedir un compañero mejor – dijo sonriente.

Ambos agarramos nuestros protectores bucales y los guantes que Buck nos ofrecía. Entramos al ring y nos colocamos uno en frente del otro. Buck se colocó en medio de nosotros, pero no en frete. Nos dijo algunas cosas y luego comenzó la pelea.

Ambos estábamos en guardia. Yo no me moví al principio, esperando que él atacara primero, y así lo hiso. Me buscaba con la mirada, pero yo evitaba el contacto visual. Esquivé su primer golpe, y le pegué en un costado, que estaba al descubierto.

Derek:

–No puedo creer que tu prima sea suicida – dije a Carter.

– No es suicida – se quejó.

De ángel no tiene nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora