First Mission: Sky. (Jenlisa)

「 ✦ I Hope To See You Tomorrow ✦ 」

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Regla 11: La muerte puede romper las reglas, pero se atiene a las consecuencias.

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NARRADOR OMNICIENTE.

Jennie yacía en aquel mueble individual, leía con monotonía aquel libro, el cual ya había terminado por quinta vez, pero no le apetecía empezar uno nuevo. Se fue por la opción más fácil, leerlo nuevamente hasta cansarse de él y no tolerarlo.

Bang Chan estaba en aquella oficina arreglando unos papeles, era lo que hacía parte de la mañana y de la tarde por igual, para luego irse a comprobar que los jardines estuvieran bien vigilados y que ningún demonio haya sido capaz de entrar sin antes pedir el permiso de su superior.

Los demonios tenían el permiso de entrar al cielo siempre y cuando sean enviados con recados de Lucifer, para así hacer una petición. Se preguntaba el porqué Dios aceptaba los pedidos de Lucifer, si aquellos eran enemigos, pero lo cierto es que nadie podía dar esa respuesta, excepto el mismo Dios.

Jennie la sabía, pero no indagó más de lo que podía; no era de su interés, después de todo, ella solo cumplía con su trabajo sin intervenir en el de nadie más, ni mucho menos en los trabajos de los Ángeles que custodiaban las puertas del cielo.

—¿No quieres hacer nada hoy? —le preguntó Bang Chan.

—No tengo nada que hacer —pasó página al libro—. ¿Quieres que me vaya o algo así?

—No, no es eso, solo que es extraño tenerte tanto tiempo aquí, la muerte nunca pasó tanto tiempo en mi oficina —comentó Bang Chan—. Puedo jurar que se debe a que Dios te prohibió verla de nuevo, ¿o me equivoco?

—No te equivocas —respondió con normalidad—. Me prohibió verla.

—Te dije que no te involucraras mucho, Ruby, que las cosas jamás pueden salir bien si son así. Tú eres la muerte y conoces tus límites.

—Solo hice un trato justo.

—Sí te enamoras o ella se enamora de ti, tú desapareces y lo sabes, e hiciste el trato sabiendo eso, ¿por qué? —Bang Chan concentró su atención en la castaña—. ¿Quieres desaparecer?

—Toda mi vida he sido la muerte, Bang Chan, he matado personas y las he torturado a más no poder —soltó un bufido—. Es aburrido hacer lo mismo siempre, merezco un descanso.

—Desapareciendo no lo tendrás, pero es gracioso como ahora no te veo tan segura de querer hacerlo —Bang Chan entrecerró la mirada en dirección a Jennie—, Ruby, ¿existe la posibilidad de que sea la primera humana en enamorarte?

Jennie ladeó la cabeza.

—No viene al tema, pero me alejé y eso es todo —cerró el libro—. Y por como veo aquí no me necesitan, me iré a dar un paseo.

—Ruby, espera, no te vayas molesta por mis palabras.

–Aun siendo la muerte —miró en dirección a Bang Chan—, sigo sin entender muchas cosas, y a veces me pregunto como sobreviven los humanos con tantas malditas preguntas, todos los días naciendo una nueva, debe ser una tortura no poder contestarlas.

—Cada uno de ellos tiene un destino, el cual no puede ser alterado, el mundo tiene muchos secretos, pero es la razón por la cual tienen que vivir —explicó Bang Chan—. En el mundo de los humanos todos son malos a la vista de los demás, no quieras averiguar más.

—Me largo...

—Jisoo lo está haciendo bien, creo que por fin está encontrando el verdadero sentir, la verdadera chispa —aplaudió Bang Chan—. Faltas tú.