First Mission: Sky. (Jenlisa)

「 ✦ You Have A Opportunity ✦ 」

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Regla 13: La muerte no tiene debilidades, hasta que logra enamorarse de la vida.

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LALISA MANOBAL.

—Este desayuno está delicioso —dijo Somi, dándole otro bocado—. Puedo apostar que lo preparó Jennie, ¿ella regresó? —preguntó con entusiasmo.

—Algo así, pero no por mucho tiempo —aclaré.

—Esa chica es muy linda y agradable —opinó mi madre—. Deberíamos invitarla a salir con nosotras al cine y cosas así, ¿le gustan?, se ve callada.

—Es algo callada, no creo que le gusten esas cosas, mamá, solo... está por su lado —dije lo último por lo bajo.

Ella había regresado, pero no me despertó para hacerme saber que estaba ahí, era tan sencillo como eso, a Jennie no le importaba nada y solo estaba esperando el día de mi muerte; no había más que investigar.

Y no la culpo, a ella no le gustaría desaparecer, después de todo es la muerte y tiene un papel muy importante que cumplir.

—Oye, hermanita, necesito que me lleves a la nueva feria que abrieron —comentó Somi—. Me interesa muchísimo.

—Pero mamá te puede llevar —señalé a nuestra madre—. Yo no puedo.

—Lisa, no seas así con tu hermana —reclamó mi madre—. Puedes ir con ella, así tú también te distraes y piensas un poco.

—Aparte, no tienes nada que hacer hoy —recordó Somi.

No discutí más sobre eso, no me apetecía hablar o discutir sobre una misma cosa tantas veces. Por eso preferí mantenerme callada y asentir, acompañaría a Somi y así se quedaría. Las horas avanzaron con rapidez, y más tarde que temprano ya nos encontrábamos en la feria. Somi estaba emocionada, parecía una niña pequeña.

Saltaba de un lado a otro, y trataba de acercarse a todos los lugares, para mí esto era un lugar más, no tenía algo de especial que me emocionaba, pero ella lo estaba disfrutando y eso para mí ya era suficiente.

Así que le permití disfrutarlo, no le quitaría su ilusión.

—Por lo que puedo ver, estás igual que yo, acompañando a tu hermanita, ¿es tu hermanita, cierto? —preguntó un chico desconocido.

Fruncí el ceño, —Sí, es mi hermanita... disculpa, estaba un poco ida.

Sonrió, —No te preocupes... —hizo una pausa para segundos después tenderme su mano—, mucho gusto, mi nombre es Jackson Wang.

—El mío es Jennie Kim —la otra voz femenina apareció de repente, tomándonos por sorpresa a ambos—. Mucho gusto —fingió su mejor sonrisa.

—Oh, ¿y ella? —inquirió el chico.

—Mi nombre es...

—No tiene nombre —respondió Jennie—. Se le olvidó, sufre de Alzheimer, de lo mismo que sufrirás tú si no te vas en este momento.

El chico nos miró con rareza.

—Dios, ¿dónde está mi hermanito? —se pasó la mano por la cabeza—, ¿y qué hago yo aquí?, disculpen.

Y se marchó.

—¿Qué carajos le hiciste? —me giré hacia Jennie—. Por Dios, yo quiero tener citas y eso, ¿sabes?

—Las puedes tener, pero no con hombres que tienen ese tipo de pensamientos, ese tipo es un asqueroso —bufó—. Yo sé cosas que tú no, Manobal, recuérdalo.